La Razón (Cataluña)

Tom Ripley, el asesino más perverso, educado y amoral de la historia

► Protagoniz­ó la novela más conocida de Patricia Highsmith y la que puso sobre la mesa a uno de esos personajes retorcidos pero que conectan con el lector

- J. Ors

Ha habido varias adaptacion­es cinematogr­áficas, algunas con mejor fortuna que otras. La más reconocida y aplaudida es «A pleno sol», del director René Clement y protagoniz­ada por un joven Alain Delon que presentaba el aspecto de los mejores galanes porque la vejez no había retorcido aún su semblante en un gesto de mal humor. La otra, aunque contaba con una nómina de actores que resulta imposible que salgan algo mal –Matt Damon, Jude Law (que se convirtió en un sex symbol con esta cinta) y Gwyneth Paltrow– raya un poco la mediocrida­d y no logra transmitir a la audiencia la grandeza interior de un personaje que nació para hacer las delicias de los lectores, pero que resulta imposible dedicarle demasiados halagos.

Patricia Highsmith, una escritora siempre polémica, de carácter complicado, creadora de universos retorcidos y tramas que giraban sobre sí mismas como el mejor de los alambiques, dio a la luz esta obra que con el tiempo terminaría siendo la más reconocida de su legado literario. Pero también suponía la inauguraci­ón de un personaje visceral, que cae bien, pero que es perverso, que siente una irremediab­le atracción por la buena vida, que le gusta la ópera y al que no le tiembla el pulso si tiene que quitar la vida a una persona o, como es el caso del presente título, suplantar la personalid­ad de otra a la que admira y al mismo tiempo envidia de una manera poco corriente. Este carácter es el Tom Ripley y es casi como una de las más brillantes encarnacio­nes del mal que nos ha regalado la novela negra y uno de esos nombres que permanecen en lo más alto de los posibles parnasos de este mundo y el siguiente.

Algo muy oscuro

Pero, ¿cómo llegó Tom Ripley, alguien de una medianía asombrosa, a disfrutar de las canonjías que proporcion­an las existencia­s más acomodadas? Pues en parte se aclara en este libro, que es de una enorme perversida­d. Aquí encontramo­s a un individuo, un joven, que recibe el encargo de un multimillo­nario americano. Este, Greenleaf, que sin duda desconoce con qué clase de tipo está negociando, le encomienda que traiga de nuevo a su descarriad­o hijo al hogar. Ripley, tras su apariencia de chaval educado, un poco servicial y hasta se diría que con un punto de sensatez en la mollera, en el fondo, es de lo peor, un fulano con menos moral que un matón de Al Capone en el Chicago de los años treinta. Él, que ya tiene algunas cuentas pendientes, aprovecha el trato para poner tierra de por medio y buscar a la oveja negra de esa familia. La encuentra, claro, pero lo hace al lado de su novia, una tal Marga, con la que anda liado. Todo parece sencillo, aunque la realidad es que todo se embrolla y lo que parece que va a dar lugar a una relación de amistad acaba por torcerse un poquito. La realidad es que Tom Ripley, que no pierde una oportunida­d, encuentra ahí la suya y decide, con una picardía y una inteligenc­ia al alcance de muy pocos, apañársela­s para deshacerse del afortunado hijo y reemplazar­lo en parte. Todo en claves atrevidas para la época, muy amoral, es cierto, pero que nos ayuda a ver de qué va eso que llaman ser humano.

 ?? ?? Portada de la primera edición de «El talento de Mr. Ripley» (1955), de Patricia Highsmith
Portada de la primera edición de «El talento de Mr. Ripley» (1955), de Patricia Highsmith

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain