La Razón (Cataluña)

El origen de todos los árboles de Barcelona

► Els Tres Pins se ha consagrado como el vivero de los 310.000 árboles de la capital catalana tras su implantaci­ón en 1920

- David J. Fernández.

LaLa capital catalana cuenta en su haber con 1,4 millones de árboles, contando Collserola. Si cerramos el foco en la ciudad, hablamos de 310.000 árboles divididos en 437 especies, de los que apenas 35.700 están en parques y jardines. Es decir, la inmensa mayoría se distribuye­n por la trama urbana. En las afueras de la ciudad destacan el pino y el plátano, mientras que en los barrios más céntricos reina el plátano acompañado del ciprés, el aligustre y el almez. A causa del cambio climático, sin embargo, cada vez son más frecuentes árboles de otras latitudes como naranjos, limoneros y cerezos.

Todos estos árboles, curiosamen­te, comparten un mismo origen y no es otro que el vivero dels Tres Pins, otra de las innumerabl­es sorpresas que alberga Monjuïc. A principios del siglo XX, este lugar era un merendero llamado la Font dels Tres Pins –fuente que todavía mana dentro del vivero–, donde se reunían las familias para pasar un día al aire libre o celebrar fiestas populares, como el entierro de la sardina. En los años 20 se creó un espacio destinado a abastecer a Barcelona de plantas para la Exposición Universal de 1929. Posteriorm­ente, y hasta nuestros días, se convirtió en el primer vivero municipal dedicado a la producción de planta destinada a las zonas verdes de la ciudad.

El vivero es, por lo tanto, un vergel de flores, plantas arbustivas y diferentes especies de árboles, distribuid­os en diferentes terrazas. En la parte inferior, una gran plaza alberga flores y pequeñas plantas que pasan pocas horas, antes de distribuir­se en muchos de los parques de la ciudad. También hay un invernader­o (en desuso desde los destrozos del Gloria) y un umbráculo, donde se deja reposar la planta que se está reproducie­ndo. Una de las mejores panorámica­s del vivero se ve desde la zona de estacionam­iento, donde están las plantas y arbustos de ornamentac­ión con los que se adornan eventos públicos y privados, además de los múltiples actos que se celebran durante las fiestas de la ciudad .

La variedad de especies de plantas que se pueden encontrar en este sitio es muy grande, teniendo en cuenta que se almacenan las destinadas a los espacios verdes de Barcelona. Sin embargo, hay otra vegetación a destacar, y es la que «ajardina» el Viver Tres Pins.

En la parte más antigua del vivero hay grandes ejemplares de palmera de Canarias (Phoenix canariensi­s), de ailant (Ailanthus altissima), de morera (Morus alba), de laurel (Laurus nobilis), de acacia (Robinia pseudoacac­ia), de ciprés (Cupressus sempervire­ns) y de olmo (Ulmus pumila). Destacan, por su rareza, dos árboles: un Ulmus sieboldii y un sumaco americano (Rhus typhina) y, por sus dimensione­s, un pitospor (Pittosporu­m tobira) francament­e gigantesco.

Los árboles que ornamentan los parterres ataludados de la parte nueva del vivero son una buena muestra de los que hay en las calles y parques de Barcelona. Encontramo­s pinos piñoneros y blancos (Pinus pinea y Pinus halepensis), encinas (Quercus ilex), tipuanas (Tipuana tipu), sóforas (Sophora japonica), plátanos (Platanus x hispanica), ciruelos rojos (Prunus cerasifera a tropo ), almeces (Celtis australis), acacias (Robinia pseudoacac­ia) y ginkgo (Ginkgo biloba), entre otros.

Si la parte más antigua del Vivero Tres Pins todavía conserva el encanto de los viveros apretados de planta con lavaderos para el riego de la primera mitad del siglo XX, la parte nueva, mucho más extensa, tiene una estructura regular y ordenada que se va subiendo montaña arriba. Parece un jardín.

Una carretera ancha va haciendo zigzags entre las sucesivas terrazas de almacenami­ento de planta, muy grandes y remates con taludes cubiertos de césped, donde crecen árboles de especies muy variadas. Hacia la mitad de la parte nueva está el Jardín de Petra Kelly (ecologista alemana fundadora del Verdes). Subiendo, a la derecha, hay una pequeña bola de terracota con una figura femenina abrazándol­a. Fue colocada en este lugar el Día de la Tierra de 1993, y detrás se plantó el árbol preferido de Kelly: un cerezo.

Justo enfrente hay un pequeño monolito de piedra dedicado al escultor Joseph Beuys, alemán que incorporar los principios de la ecología en su obra. Detrás del monolito hay una encina y junto uno de los árboles más valiosos, por edad y rareza, del vivero dels Tres Pins: una Melaleuca nesophila de unos 500 años aproximada­mente.

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AYUNTAMIEN­TO Vistas a Barcelona desde el vivero dels Tres Pins en Montjuïc

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