De paria a aliado: El viaje de Biden a Arabia Saudí
► El demócrata realiza su primera gira por Oriente Medio con parada en Riad
El presidente de EE UU tiene prevista una intensa agenda de viajes oficiales. Este junio, Joe Biden ha estado ya en Corea del Sur, Japón y la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, culminando en unos días con el G7 en los Alpes alemanes y su participación en la Cumbre de la OTAN en Madrid.
Justo después de visitar la capital española para la trascendental cita de los socios de la Alianza Atlántica, la Casa Blanca ha anunciado que Biden realizará su primer viaje a Oriente Medio. Israel, Cisjordania y Arabia Saudí son las tres paradas que el presidente estadounidense tiene previstas hacer durante su primera visita oficial a la región, según adelantó la secretaria de prensa de Biden. «El presidente espera planear su visión afirmativa del compromiso de EE UU en la región durante los próximos meses y años», explicó Karine Jean-Pierre ayer. «El presidente agradece el liderazgo del rey Salman y su invitación. Espera con anhelo esta importante visita a Arabia Saudí, que ha sido un socio estratégico de EE UU durante casi ocho décadas», añadió Jean-Pierre.
La polémica por este sorprendente anuncio no se ha hecho esperar, puesto que Biden, siendo candidato a la presidencia, llegó a hacer públicamente unas duras declaraciones contra el país árabe al calificar al príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salman (MBS), como un «paria» internacional debido a sus violaciones contra los derechos humanos. «Están matando a nicial ños y gente inocente, y tienen que rendir cuentas», declaró el demócrata en 2021.
Pero Biden, como presidente, se ha visto obligado a recular y la Casa Blanca justifica este nuevo acercamiento como una promesa de «recalibrar» sus relaciones con Arabia Saudí, que ocupará la agenda completa del presidente del 13 al 16 de julio, en la que destaca precisamente la cita con MBS, con quien Biden tiene previsto reunirse según la filtración a la prensa de un funcionario estadounidense.
Sin embargo, el Gobierno estadounidense prometió, al asumir la presidencia, que Biden no hablaría directamente con el príncipe heredero sino con el rey. Y es que las agencias de inteligencia estadounidenses concluyeron, tras la muerte del periodista del «Washington Post» Jamal Khashoggi en 2018, que el príncipe heredero habría ordenado el brutal asesinato en el consulado saudí de Estambul. Washington anunció el viaje ofidespués ofidespués de que Arabia Saudí ayudara a persuadir al grupo petrolero OPEP+ para aumentar la producción de barriles diarios en 648.000 y accediera, además, a prorrogar la tregua del alto al fuego mediada por Naciones Unidas en Yemen.
«En Arabia Saudí, el presidente además hablará de una cantidad de temas bilaterales, regionales e internacionales», que incluyen «apoyo a la tregua medida por la ONU en Yemen, que es el período de paz más extenso desde que estalló la guerra hace siete años», aclaró la secretaria de prensa. Y es que desvincularse de esta estratégica relación no entra en los planes de la Administración Biden ni tampoco sirve a sus intereses. La creciente amenaza nuclear, los temores al aumento del poder de China a nivel internacional y otras preocupaciones domésticas con la altísima inflación, que ya supera récords históricos, dejan a Biden sin opciones para seguir aumentando la lista de enemigos de EE UU, encabezada por Putin.
Es más, las encuestas de valoración tampoco respaldan al mandatario. Según Real Clear Politics, que realiza una media de todas las encuestas, de promedio, el 39,4% está satisfecho, mientras que el 54,9% está insatisfecho con Biden. Sus peores cifras hasta la fecha.
un valor diario cercano al 1%, un nivel que no toca desde julio de 2012. La media mensual provisional de junio se sitúa de momento en el 0,604%.