La Razón (Cataluña)

Ahora sí, esto va revuelto y mucho

- Jesús Rivasés

LudwigLudw­ig Wittgenste­in (1889-1951) concluía su Tractatus con una sentencia todavía polémica: «De lo que no se puede hablar hay que callar». En China, en la provincia de Henan, 90 millones de habitantes y un tercio de extensión extensión que España, hay una «corrida de depósitos» en bancos locales de la que nadie habla, excepto José Carlos Díez, muy atento a las tendencias de fondo. Una «corrida de depósitos» es un pánico bancario en el que los depositant­es, por miedo a perderlo, retiran el dinero del banco. Anuncia otra crisis que puede extenderse como un virus. Tiembla Wall Street, camino de ser «la pirámide de musgo» que percibió Lorca. La inflación sigue disparada en Estados Unidos y la Reserva Federal –el banco central americano– podría subir los tipos de interés de forma brusca. El Banco Central Europeo podría verse obligado a aplicar la misma medicina. El temblor no se ha quedado en el sur de Manhattan. Las bolsas europeas –incluida la española– vivieron un lunes negro, contagiada­s de «la angustia imperfecta de Nueva York», de la que también escribió el poeta del Romancero Gitano. «El control de la inflación –escribe el catalán Andreu Mas-Colell, el español que más cerca ha estado del premio Nobel de Economía– , una enfermedad que si no se corta de raíz se convertirá en muy grave, no se puede posponer». Chistopher Pissarides, que sí logró el Nobel económico en 2010, advierte en el «Financial Times» de que «la deuda y la inflación podrían hacernos perder el control». La deuda pública española alcanzó el récord de 1,45 billones de euros en el primer trimestre de este año, aunque el Gobierno venderá, es cierto, que el porcentaje descendió al 117,7% del PIB. Lo dice el refrán, «el que no se consuela es porque no quiere». Celsius y Binance, dos de las mayores firmas del mundo de criptomone­das, han suspendido la retirada de su inversión a sus clientes. Es decir, «corralito cripto» y, claro, el bitcoin, el mascarón del proa del sector, se hunde más. Rozó los 70.000 dólares y ya ronda los 20.000. Mientras, el Gobierno de Sánchez vive en «un mundo paralelo, con una fantasiosa descripció­n de la evolución económica en España», apunta el economista José María Rotellar. Cela, en «Madera de Boj», lo vió claro: «Esto va revuelto».

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