«Desconsiderar el talento femenino es descartar una mano de obra tan válida como la masculina»
Fabricia Abreu Directora de Diversidad e Inclusión de Iberdrola Mujer y directiva, reconoce la necesidad de que las empresas valoren el talento femenino en los altos puestos
Desvalorizar el papel de la mujer en la empresa debería ser cosa del pasado, pero lo cierto es que el presente tiene mucho que aprender todavía de lo que se quiere alcanzar. El número de directivas ha crecido, pero aún queda mucho camino por recorrer para que la mujer llegue, sin dificultades, a los puestos más altos. Fabricia Abre u, directora de Diversidade Inclusión deIberdr ola alerta de la necesidad de valorar el talento femenino.
Solo el 36% de las empresas tienen a mujeres en sus puestos directivos. ¿A qué se debe?
Como factor de origen, se debe a un conjunto de cuestiones culturales, políticas, educacionales, económicas y estructurales. Los sesgos y estereotipos están arraigados históricamente, seguimos necesitando roles en diversas esferas sociales y la gestión familiar y doméstica aún representa un peso adicional en la rutina de muchas mujeres.
Falta conciencia ciónporp arte de la alta dirección sobre su papel social y las ventajas que genera disponerde una fuerza de trabajo diversa. Además, las barreras muchas veces están en la propia disponibilidad de esta mano de obra, cuyas disciplinas son menos atractivas a mujeres.
La era postcov id ha cambiado las técnicas de trabajo. ¿Se apuesta más por el talento y se da menos importancia al género?
Teóricamente, tras la pandemia se han incrementado las medidas de flexibilidad, colaborando con la conciliación entre la jornada profesional y personal de las personas, lo que podría facilitar al ingreso y promoción del talento femenino. Pero lo cierto es que existen diversos estudios que señalan el impacto negativo que ha tenido sobre las mujeres. Es decir, lo que se ha hecho no es suficiente. Necesitamos estrategias específicas y más ambiciosas para incluirlas en el mercado laborar y generar condiciones reales.
Desconsiderar el talento femenino es descartar el acceso a una mano de obra tan válida como la masculina y con competencias complementarias altamente relevantes en un momento de cambio como el que estamos viviendo.
¿Cuál diría que sería el toque necesario para que lidere la igualdad en las empresas?
El compromiso de la alta dirección. Para mí, este es el factor clave. Un compromiso que debe estar compartidocon el liderazgo y conectado a la estrategia del negocio.
Iberdr ola apuesta por la igualdad y cuenta con diversas acciones que ayudan a su crecimiento. ¿Qué medidas toman para ampliar el papel de la mujer en la empresa?
La empresa dispone de políticas de no discriminación, de igualdad de oportunidades, de diversidad e inclusión, y una política marco de recursos y capital humano que direcciona todos los procesos de gestión del talento de la empresa.
Además, disponemos de referentes en todos los niveles organizativos. Sensibilizamos, formamos y empoderamos a nuestros lideres para que impulsen en este objetivo, tenemos medidas «ad hoc» para promover la equidad, así como beneficios que facilitan la flexibilidad y la conciliación.
El 91% de las empresas tienen un plan de igualdad, pero solo el 27% de las mujeres aseguran haberse beneficiado. ¿Qué piensa? ¿Es solo una pose por parte de las empresas?
No basta con generar planes, hay que implementar os y trabajar la culturapara que los empleados se sientan cómodos en disfrutar de los beneficios ofrecidos, sin que esto limite o represente un riesgo a sus carreras.
¿Queda aún mucho camino por recorrer?
Sí. Todavía hay un mar de oportunidades y la solución no es cortoplacista, pero hay que reconocer los avances que han sido importantes. Si miramos la evolución en la participación de empresas en índices como Bloomberg Gender Equality, el volumen se ha multiplicado por cuatro en cinco años. Así que creo que el compromiso se está incrementando, pero hay que garantizar la constancia. Es esencial que se definan compromisos claros, medibles y que pongamos en marcha acciones concretas que actúan sobre las barreras estructurales, solo así contaremos con un entorno verdaderamente inclusivo para las mujeres.
El compromiso se está incrementando, pero hay que garantizar la constancia»