La Razón (Cataluña)

La eólica se hace a la mar: en busca de más viento y menos emisiones

► Los molinos marinos tienen ventajas que los convierten en una fuente de energía muy competitiv­a

- Laura Cano.

Existe un escenario donde el viento no encuentra barreras humanas o naturales que le impidan correr libre y soplar con toda su fuerza: alta mar. Esta cualidad convierte al océano en el lugar idóneo para explotar este recurso al máximo, pues allí su velocidad es mayor y más constante. Bajo esta premisa, se desarrolla­n molinos gigantes asentados sobre el lecho marino por todo el mundo. El transporte marítimo hace posible el traslado e instalació­n de enormes turbinas, a diferencia del terrestre. Así, estos «colosos del mar» dotados con las últimas innovacion­es técnicas son capaces de aprovechar las corrientes marinas para generar grandes cantidades de energía renovable, inagotable y no contaminan­te.

El proceso es sencillo. En esencia, el viento hace girar las palas y un aerogenera­dor convierte la energía cinética en electricid­ad. Esta es conducida por el interior de la torre y viaja, a través de cables submarinos, hasta la costa. Allí pasa por una subestació­n que la transforma en corriente de alto voltaje. Finalmente, las líneas eléctricas de la red de distribuci­ón la conducen hasta las casas.

En la actualidad, los parques eólicos marinos u «offshore» se construyen en aguas no muy profundas (hasta 60 metros) pero alejados de la costa, el tráfico marino, las instalacio­nes navales y los espacios de interés ecológico. Al ubicarse mar adentro, el impacto visual y acústico es muy pequeño, por lo que se pueden aprovechar superficie­s muy extensas. Gracias a esto, los parques eólicos marinos suelen tener varios cientos de megavatios (MW) de capacidad instalada.

En estos momentos, el mayor parque eólico que se está desarrolla­ndo en Estados Unidos lleva por nombre «Vineyard Wind 1» y contará con una capacidad total de 800 MW, con la que atenderá a más de 400.000 hogares y empresas. Se trata de uno de los proyectos de eólica marina de Iberdrola –referente internacio­nal en el sector– más grandes del mundo. Por otro lado, el parque offshore de Saint-Brieuc, con 2.500 millones de euros de inversión, será el primero de eólica marina del grupo Iberdrola en Francia. Con casi 500 MW de capacidad, generará energía limpia para satisfacer el consumo de electricid­ad de 835.000 personas, una vez que entre en operación en 2023.

En Europa, Reino Unido es el país con mayor capacidad instalada, con un 45% del total del continente, según el último «Balance de Eólica Marina 2019», de WindEurope (antigua Asociación Europea de Energía Eólica). Le sigue Alemania (con el 34%), donde Iberdrola construye ya su segundo gran proyecto eólico en el mar Báltico: «Baltic Eagle». Ubicado a 30 kilómetros al nordeste de la isla de Rügen, esta instalació­n de 476 MW abastecerá de forma sostenible la demanda de 475.000 hogares. Esto evitará la emisión de casi un millón de toneladas de CO2 al año.

Más potencia que en tierra

La empresa Vestas será el proveedor oficial de las turbinas para el parque Baltic Eagle, que cuentan con el mayor tamaño de rotor probado comercialm­ente. El área de barrido de las palas es de 23.778 m2, el equivalent­e a 3,3 campos de fútbol. Por su parte, el transporte e instalació­n de los 50 pilotes fueron adjudicado­s a la compañía Van Oord, que tendrá que desplegar el Svanen: un buque con capacidad para transporta­r 8.000 toneladas.

Parece complicado. Pero lo cierto es que la facilidad que aporta el transporte marítimo –posee pocas limitacion­es respecto a la carga y las dimensione­s– ha hecho posible que, en el mar, los aerogenera­dores alcancen potencias unitarias y tamaños mucho mayores que en tierra. Se están utilizando turbinas superiores a los 10 MW de potencia, llegando a los 13 MW en el caso de Vineyard Wind 1. Sin embargo, en tierra firme, se consolidan potencias entorno a los 5 MW.

Por otra parte, Iberdrola sigue avanzando en la construcci­ón del parque eólico marino de SaintBrieu­c (Francia), con el inicio del traslado de las 62 jackets –plataforma­s que sustentan los aerogenera­dores– desde el astillero de Fene (Galicia), donde han sido fabricadas por el consorcio NaviantiaW­indar, hasta la bretaña francesa. El proyecto supone la creación de 2.500 empleos, más de la mitad de ellos en Galicia y Asturias.

Los proyectos crecen y los parques también. Su tamaño promedio se ha duplicado en 10 años, según WindEurope. La eólica marina cada vez es más grande, se construye más lejos y en aguas cada vez más profundas. Unos avances que auguran un largo y próspero futuro para los parques de aerogenera­dores offshore.

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IBERDROLA Traslado de los jackets desde Fene (Galicia) a la Bretaña francesa
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