Wiggins ejerció de Curry Mariano Ruiz Díez.
► Los Warriors están a una victoria del anillo pese al flojo partido de su estrella. El alero fue incontrolable para los Celtics. La aportación del banquillo, fundamental para los locales
El canadiense, determinante para que su equipo haya ganado los dos últimos partidos
La reacción «celtic» en el tercer cuarto, el tramo favorito de los Warriors, se quedó ahí
Los Warriors están a una victoria del anillo. Se impusieron a los Celtics en el quinto partido de las Finales en la actuación más floja de Stephen Curry en la serie. Sus 16 puntos, la mitad de lo que promediaba e incluyendo un 0/9 en triples, los arreglaron los Warriors con una soberbia actuación de Andrew Wiggins (26 puntos y 13 rebotes), la aparición de Thompson cuando más se le necesitaba y los puntos procedentes del banquillo por parte de Payton y Poole. Por primera vez desde enero, los Celtics han perdido dos partidos seguidos y ahora ya están sin margen de error antes de que las Finales regresen a Boston en la madrugada del viernes (03:00, #Vamos).
Los Warriors no necesitaron de la mejor versión de Curry para dominar a los Celtics en la vuelta a San Francisco. Sin la aportación decisiva de su referente encontraron argumentos de sobra para mandar. La defensa fue sobresaliente, quizá no para que los Celtics llegasen a estar con un lamentable 0/12 en triples, pero el trabajo protegiendo su aro fue importante. También movieron el balón con mucho criterio a falta de un extraordinario acierto exterior. Y eso provocó que durante muchos minutos los mayores problemas en ataque los generasen un soberbio Wiggins, el mejor Green mirando el aro de la serie y un jugador de rotación como Payton.
Boston bastante hizo con sobrevivir al descanso con 9 pérdidas, con el peor Brown de la eliminatoria y con un tiro exterior que sólo funcionó durante un instante del segundo cuarto. Fueron tres triples casi consecutivos los que evitaron que los Warriors hicieran más sangre (51-39). Sólo Smart y Tatum, después de un flojo arranque, estuvieron a la altura del reto que proponía el campeón de la Conferencia Oeste.
Los terceros cuartos durante las Finales, y en realidad durante todos los playoffs, han sido terreno abonado para que se explayen los Warriors. En la serie ante los Celtics el balance era de 136-87 después de los cuatro primeros partinea dos. En el quinto cambió la película. Tatum se puso el traje de líder en los de Boston y fue el ejecutor de un parcial 0-10 para empezar. Su tercer triple animó a Smart y Horford y los Celtics rememoraron el último cuarto del primer partido. El del bombardeo desde el triple y que terminó con la victoria de los del estado de Massachusetts. Anclados en la líde líde tres y después de empezar el partido fallando la primera docena de lanzamientos, los Celtics anotaron los ocho triples posteriores y en el cuarto favorito de los Warriors ya mandaban (55-58). Fue la señal que necesitaban los de Steve Kerr para espabilar. Entre Curry, Thompson y Wiggins acumulaban un alarmante 1/15 en triples. El que despertó fue el escolta. Klay anotó dos casi seguidos y eso animó a Jordan Poole, que clavó otro par. El postrero, desde nueve metros y en la última décima. Suficiente para sofocar la rebelión de los Celtics ante el último cuarto (75-74).
Como Poole, con Curry en el banquillo, siguió anotando y a los Celtics se les agoto la puntería, los Warriors volvieron a abrir diferencias (85-74). El mejor momento de los de Boston ya había pasado. Su frecuencia anotadora se desplomó –incluso regalaron diez tiros libres– y los Warriors se agarraron al rendimiento de Wiggins en los dos lados de la pista. En defensa frenó a Tatum, que aún así fue el máximo anotador de los Celtics, y en ataque anotó lo que no hizo Curry. Fue la noche más gloriosa del número uno del draft de 2014. Los puntos de Poole y Payton, saliendo del banquillo, hicieron el resto.