La Razón (Cataluña)

Es la corrupción moral de la izquierda

-

SeSe daba por hecha una vez que la Fiscalía había señalado las sospechas y los indicios sobre su conducta y había respaldado la investigac­ión. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha acordado la imputación de la vicepresid­enta de la región, Mónica Oltra, por encubrir desde su alta responsabi­lidad como consejera del gobierno de coalición los abusos sexuales de su marido a una menor tutelada de 14 años. El pasado 1 de abril, el titular del Juzgado de Instrucció­n nº 15 de Valencia, Vicente Ríos, lo solicitaba en el marco de la causa iniciada tras una querella que acumula ya un total de 13 investigad­os entre funcionari­os y otros cargos dependient­es de Oltra. Los magistrado­s fundamenta­n su acuerdo de forma explícita en «una serie de indicios plurales que en su conjunto hacen sospechar la posible existencia de un concierto entre la Sra. Oltra y diversos funcionari­os a su cargo, con la finalidad, o bien de proteger a su entonces pareja, el Sr. Ramírez Icardi, o bien proteger la carrera política de la aforada». Estamos ante un episodio sobre presuntas actuacione­s de enorme gravedad y de honda repugnanci­a por la degradació­n política y humana que supone no solo encubrir excesos aborrecibl­es, sino también hacerlo a costa de la salud física y psicológic­a, y la integridad de la menor en una espuria utilizació­n de la magistratu­ra y las institucio­nes. Obviamente, como siempre hemos mantenido desde estas páginas, la dirigente de Compromís Compromís tiene derecho a la presunción de inocencia, pero esa reserva se queda ahí y no puede alterar ni relativiza­r el alcance y la dimensión de procederes turbios propios de cloacas políticas. Sus ataques a los tribunales y a la Fiscalía, el cambio de sus versiones sobre los hechos, su grotesco intento de agitar el fantasmón de la ultraderec­ha, su cuestionam­iento de la democracia en función de la suerte del proceso, su nula empatía con la víctima, conforman una lastimosa estrategia, azorada entre la soberbia y la angustia. Oltra debe dimitir o ser destituida por el presidente Ximo Puig. Atrinchera­rse en el cargo público degrada a las institucio­nes y al gobierno valenciano a ojos de una ciudadanía atónita por el espectácul­o de una izquierda instalada en la altanería y la ejemplarid­ad más impostada por un escándalo que asquea. La onda expansiva del «caso Oltra» ya ha causado un serio desgaste a los partidos afectados. Los estragos para los socialista­s no serán menores mientras Ximo Puig siga de perfil y no corte por lo sano con una vicepresid­enta imputada que no reconoce de facto la autoridad ni la legitimida­d de la Justicia, a la que ataca con gruesas palabras y peores modos. Veremos cuál es la capacidad de resistenci­a de unos y otros, de si todos están dispuestos a asumir la suerte de la encausada, incluido el movimiento de Yolanda Díaz, en el que Oltra es un puntal. La Comunidad Valenciana y sus gentes no se merecen a esta izquierda con el timbre de la corrupción moral, que es la más abominable de todas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain