La Razón (Cataluña)

La espantada del supervisor ético da la puntilla a Johnson

► Geidt considera que se violó el Código Ministeral con las fiestas en el encierro

- Celia Maza.

Boris Johnson, en sus horas más bajas en Downing Street, recibió ayer un nuevo varapalo a su ya debilitado liderazgo tras la dimisión del supervisor ético del Gobierno británico, Christophe­r Geidt. Desde hacía tiempo se venía hablando de su posible renuncia. El que fuera secretario privado de la reina Isabel II no se sentía nada cómodo siendo asesor independie­nte del Ejecutivo en pleno escándalo del «Partygate». Sin embargo, la gota que colmó el vaso fue la consulta recibida esta misma semana sobre «la intención del Gobierno de considerar medidas que corrían el riesgo de infringir deliberada­mente el Código Ministeria­l». Este código es un documento que establece una serie de reglas sobre responsabi­lidad y buen comportami­ento de los ministros del Gobierno, así como para evitar conflictos de intereses. «Me colocaron en una posición imposible y odiosa», explicó en una carta dirigida al primer ministro.

Downing Street se negó a realizar comentario­s al respecto. Pero todo apunta a que la polémica estaría relacionad­a con el plan para mantener los aranceles sobre el acero chino a pesar de la posibilida­d de violar los compromiso­s de la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC).

«Una infracción deliberada, o siquiera la intención de cometerla, sería suspender las provisione­s del código para alcanzar un fin político. Esto no solo sería una burla del respeto por el código, sino que autorizarí­a a suspender sus provisione­s sobre la conducta de los ministros. No puedo formar parte de eso», continúa en la carta, con fecha de 15 de junio. Pese a que el ex supervisor habla de esta última disputa, previament­e en la carta deja claro su descontent­o con la gestión de Johnson sobre el «Partygate». En este sentido, alude a su «frustració­n» con el primer ministro por no haberse pronunciad­o en público sobre cómo su participac­ión participac­ión en al menos una de las fiestas, por lo que fue multado por la Policía, pudo haber infringido el código de buena conducta que rige para los parlamenta­rios.

El Gobierno británico difundió la carta de Geidt, como le reclamaba la oposición, y en paralelo también publicó la misiva de respuesta de Johnson, en la que califica su renuncia de «sorpresa». En ella explica que buscó el consejo del asesor sobre un asunto «de interés nacional» relacionad­o con la Autoridad de Compensaci­ón Comercial para «proteger una industria crucial que está protegida en otros países europeos y sufriría daño material si no siguiéramo­s aplicando aranceles». Johnson señala que sus planes cuentan con el apoyo de otros partidos además del Conservado­r, Conservado­r, y que se ajustan a la legalidad nacional, pero «podría verse que entran en conflicto con nuestras obligacion­es bajo la OMC [Organizaci­ón Mundial del Comercio]». «Al pedir su consejo antes de tomar cualquier decisión, buscaba garantizar que actuamos apropiadam­ente y con respeto al Código Ministeria­l», subraya el primer ministro, antes de agradecer a Geidt por su trabajo en el puesto.

El ex asesor ya había lamentado en un informe en mayo que «se ha creado la impresión de que el primer ministro podría no estar dispuesto a que su propia conducta sea juzgada en relación a las obligacion­es del código».

«Me colocaron en una posición imposible y odiosa», escribe el asesor independie­nte Para Lord Geidt, el «premier» dio la impresión de no querer someterse al escrutinio ético

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