La Razón (Cataluña)

Un verano de plagas por las altas temperatur­as

► Mosquitos tigre, garrapatas o chinches de la cama. Con la expansión del calor durante más meses del año proliferan estas especies, muchas invasoras, capaces de portar enfermedad­es como el zika, el dengue o la fiebre amarilla

- Eva M. Rull,

Mosquitos,Mosquitos, moscas, cucarachas, garrapatas. Llega el calor y con él, las temibles plagas. Este año, además, las lluvias abundantes de la primavera y la aparición precipitad­a de muy altas temperatur­as hace presagiar que el es tío va a estar marcado por la abundancia de estos animales.

La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla) o la Asociación de Empresas de Control de Plagas de Cataluña ( Ad epap)a sí lo alertan :« Este verano puede ser peor de lo normal, porque venimos arrastrand­o la misma situación desde la pande mi a. Debido a la alerta sanitaria se dedicaron muchos recursos a desinfecci­ones y algunos de los tratamient­os antiplagas se dejaron de hacer. Solo hay que ver como de mosquito, por ejemplo, ha habido un repunte desde la pandemia. La faltad elabores se suma a las lluvias y el calor anormalmen­te alto», afirma Jorge Galván, director general de Anecpla.

Desgraciad­amente el cambio climático está provocando un adelanto de la estación estival de hasta cinco semanas y las condicione­s son cada vez más propicias para la expansión de estas especies .« Las temperatur­as son cada vez más para la actividad de este tipo de insectos. Antes encontraba­n condicione­s idóneas desde abril o mayo hasta octubre, pero ahora los insectos están activos más meses y se reproducen más», matiza Galván.

La clave del problema de una mayor abundancia de plagases que aumentan las probabilid­ades de zoonosis. De hecho, según datos de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) las enfermedad­es de transmisió­n vectorial representa­n más del 17% de todas las enfermedad­es infecciosa­s y cada año provocan más de 700.000 muertes .« Entre víricas se encuentran la fiebre chikunguny­a, la fiebre por el virus de Zika, la fiebre amarilla, la fiebre del Nilo Occidental, la encefaliti­s japonesa( todas transmitid­as por mosquitos) y la encefaliti­s por garrapatas (transmitid­a por garrapatas)», dice la organizaci­ón.

Una de las poblacione­s que más está aumentando es la de garra pata. «Algunos estudios cifran el aumento en un 300%», dice el director de Anecpla. Un reciente estudio del Centro Nacional de Epidemiolo­gía del Instituto de Salud Carlos III que abarca el periodo de 2005 a 2019 apunta en la misma línea al afirmar que en ese periodo, la enfermedad de Lyme (transmitid­a por estos animales) animales) se ha multiplica­do por tres. Veterinari­os y médicos llevan tiempo alertando del aumento de consultas relacionad­as con picaduras de estos insectos. Las 20 especies de garrapata que hay en España puedentran­smitir desde la menciona da enfermedad de Lyme a fiebre hemorrágic­a de Crimea-Congo.

En cuanto a mosquitos, en España se ha detectado la presencia de tres especies capaces de transmitir enfermedad­es víricas. El más abundante es el Aedes albopictus, más conocido como mosquito tigre. Su llegada a España se remonta a 2004 y ha conseguido expandirse por toda la Península de tal manera que su extinción ya se considera imposible. La picadura de la

transmite el virus del Zika, una enfermedad de la que no se había oído hablar en la Península antes de 2015. También puede transmitir dengue o chikunguny­a. «Este año puede que los casos de enfermedad­es vectoriale­s aumenten simplement­e porque la gente está viajando más. Esto aumenta las probabilid­ades de que alguien venga de otro país con alguna otra patología», explica Natalia Rodríguez Valero, investigad­ora del ISGlobal y médico del servicio de Salud Internacio­nal y Medicina Tropical del Hospital Clinic de Barcelona.

La incidencia del tigre es tal que desde hace más de un lustro existe una plataforma ciudadana llamada Mosquito Alert que analiza la precionada sencia de este insecto. En 2020, durante los primeros seis meses de pandemia, se verificó un aumento de hasta el 70% en la presencia del

Aedes albopictus respecto a 2018. Otro A e des que está bajo estrecha vigilancia es el Aedes aegypti, transmisor de enfermedad­es como el Zi ka, chikung un ya o fiebre amarilla. Se detectó en Fuerte ventura en 2017 y aunque se considera eliminado se sigue controland­o su posible presencia en el archipiéla­go. De hecho, el 10 de marzo de 2022 la Consejería de Sanidad de Canarias informó que el Sistema de Vigilancia Entomológi­co había detectado a finales de febrero dos larvas de culícidos, que se confirmaro­n como pertenecie­ntes a esta especie. «Las islas están están libres de este mosquito, pero debido al riesgo de su importació­n existe una vigilancia entomológi­ca reforzada en los puntos de entrada de esta comunidad autónoma. Las condicione­s climáticas de La Palma son idóneas para su expansión y establecim­iento. Sin embargo, las actividade­s de control hacen que, aunque es necesario continuar con la vigilancia entomológi­ca reforzada, reforzada, el riesgo de establecim­iento de aegypti se considere bajo», dice la Consejería.

El último de los aedes, el Japónicus se detectó en Asturias en 2018 y sigue conquistan­do territorio por la cornisa cantábrica. Puede transmitir el virus del Nilo Occidental. Esta enfermedad pasa sin síntomas para el 80% de las personas que se infectan, según la Organizaci­ón Mundial de la Salud. Sin embargo, en las demás puede causar la fiebre del Nilo Occidental o una afección grave .« La infección del ser humano suele ser el resultado de las picaduras de mosquitos que se infectan cuando picana aves infectadas, en cuya sangre circula el virus », dice la OMS. Su vigilancia está estrechame­nte relahembra con la aparición de casos de Zika, dengue y de los primeros y únicos brotes de fiebre del Nilo Occidental de la Península. En 2020 un brote en Andalucía acabó con la vida de ocho personas. Es importante recordar que para contraer todas las enfermedad­es descritas tiene que mediar la picadura de un mosquito« ya que no se transmiten entre humanos», aclara Rodríguez.

A los mosquitos y garrapatas se les pueden su mar otras posibles plagas. Adepap alerta sobre una posible explosión de chinches de la cama, debido a los viajes de turismo. En la mayoría de los casos, las chinches llegan a las casas transporta­das en la ropa o las maletas desde los alojamient­os o los aeropuerto­s. También es esperable, dice la misma asociación, una proliferac­ión de avispa asiática, una especie que además de picaduras de dolor intenso, depreda a la abeja melífera.

La mejor forma de actuar contra la expansión de estas plagas es la prevención, aseguran los consultado­s para este reportaje. «La presencia de mosca negra en el Manzanares en 2020 obligó a hacer unas labores preventiva­s que consiguier­on erradicar hasta un 85 % de individuos no adultos. En cualquier caso hay una única vía de prevención­llamada On eH ealth, una estrategia integral que aún ala sanidad humana, la animal y la ambiental bajo un mismo paragüas. Hemos visto con el Covid que necesitamo­s hacer un enfoque integral de las tres», dice Galván.

Lejos quedan para los expertos otras soluciones puestas encima dela mesa como la del magnate Bill Gates, que lleva tiempo defendiend­o la suelta de mosquitos genéticame­nte modificado­s en el medio natural para detener las plagas. Algunas pruebas ya se han llevado a cabo. Por ejemplo en Brasil, donde años después de las sueltas muchos ejemplares se han estado multiplica­ndo sin ningún control.

Los casos de enfermedad de Lyme se han multiplica­do por tres en los últimos 15 años

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Hay insectos como las garrapatas que han aumentado su presencia hasta un 300%
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REUTERS
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DREAMSTIME Las ratas se establecie­ron en Europa en la Edad Media

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