Nos lo merecemos
Opinión Serhii Pohoreltsev
ElEl Consejo Europeo que a finales de junio va a considerar si otorgar a Ucrania el estatus de país candidato a la adhesión a la UE –como propone la CE– nos demostrará si la clase política europea ha aprendido las lecciones del pasado reciente o –subestimando la importancia de este paso y siguiendo la inercia habitual– nos dará otro ejemplo de políticas erróneas y resoluciones tardías. Aunque en juego no está solo el futuro de Ucrania sino también el del continente europeo, parece que no faltan los escépticos.
No todos entienden que la guerra contra Ucrania y el resto de Europa continuará mientras la clase política y militar rusa crea que Ucrania no tiene perspectivas europeas. Otorgarle a Ucrania el estatus de candidato sería un paso político clave, además de armas y sanciones, que haría que el señor del Kremlin reflexionara sobre el sentido de continuar con esta agresión. Además de las consideraciones de carácter estratégico y militar, hay toda una serie de argumentos que los gobernantes europeos deben tomar nota. En primer lugar, la opinión pública en la UE está claramente a favor de la adhesión de Ucrania. El estado de ánimo del pueblo ucraniano está en sintonía completa con las emociones predominantes en Europa.
La idea de la integración europea tiene la mayor demanda en la sociedad ucraniana, alcanzando el apoyo del 91% de la población, la cifra más alta en la historia de la Ucrania independiente. El apoyo público a las aspiraciones europeas de Ucrania en la UE también se encuentra en un nivel récord. Hoy, el 71 % de los ciudadanos de la UE considera a Ucrania parte de la familia europea y el 66% comparte la opinión de que Ucrania debería convertirse en un miembro de la UE.
La inmensa mayoría de los españoles, como demuestra el barómetro del CIS de marzo, apoya la candidatura de Ucrania a la adhesión. Casi el 85% de los encuestados se mostró a favor de que se le concediese a Ucrania la oportunidad de entrar en la Unión Europea. La clase política española dejó de lado las diferencias y olvidó su fragmentación habitual para demostrar una unidad sin precedentes en apoyo a las aspiraciones europeas de Ucrania. Esto quedó plasmado en los resultados de la votación en el Congreso de los Diputados el pasado 26 de mayo. Cuando se trata de procedimientos democráticos, es muy importante para los gobernantes hacer caso a la voluntad popular y los hechos tan elocuentes.
Asimismo, uno debe ser sincero y reconocer abiertamente que la adhesión de Ucrania a la UE no está en la agenda en este mismo momento. Para alcanzarla, Ucrania necesitará recorrer un arduo camino de la implementación de la legislación comunitaria y reformas fundamentales, así como completar las negociaciones con todos los países miembros, que no prometen ser nada fáciles. Tampoco los procedimientos de la UE prevén una «vía rápida» para Ucrania, una adhesión acelerada. Somos conscientes de que dependerá exclusivamente de Ucrania cómo de veloces seremos capaces de recorrer este camino de reformas y transformaciones para cumplir con los requisitos establecidos.
Esto significa, nada menos, que antes de que se tome la decisión de abrir las negociaciones con Ucrania esta primero debe ser reconocida como candidato a la adhesión. Solo una vez completados estos pasos, se llevarán a cabo las negociaciones sobre 35 capítulos en materia de las políticas que pondrán nuestra legislación nacional y su aplicación de conformidad con las normas y prácticas comunitarias, siendo las siguientes etapas la firma del Tratado de Adhesión, su ratificación y finalmente su entrada en vigor. Ucrania ya cumple con los requisitos y criterios básicos necesarios para su reconocimiento como candidato. Nuestro país lo merece. No esperamos ningún trato privilegiado por parte de la UE.
Desde hace más de 20 años, Ucrania está adoptando su legislación a la comunitaria en virtud del Acuerdo de Asociación y Cooperación, y luego en cumplimiento del Plan de Acción UE-Ucrania en el marco de la Política Europea de Vecindad.
La integración europea de Ucrania aceleró sustancialmente tras alcanzar los criterios del régimen libre de visados y avanzar en el cumplimiento del Acuerdo de Asociación firmado en 2014. En los últimos ocho años, Ucrania se ha esforzado mucho para cumplir los criterios de Copenhague para la integración en la UE.
Cualquier decisión, lejos de reconocer Ucrania como el país candidato, que aplaza artificialmente este paso, resultaría perjudicial tanto para Ucrania como para la UE. La idea de ofrecer a Ucrania algún sustituto provisional como «candidato potencial» es sumamente nociva y debe ser descartada rotundamente. Una decisión de este tipo solo retrasaría las reformas posguerra en Ucrania, socavaría la democracia en otros países, aumentaría la carga del presupuesto de la UE y alimentaría una nueva inestabilidad en el continente. El reconocimiento a Ucrania como país miembro acompañado con la delineación de requisitos ambiciosos para conseguir una mayor adhesión serviría de una herramienta poderosa para reformar nuestro Estado, permitirá reforzar el ánimo europeísta y prevenir la depresión social en el continente, así como consolidar el papel de la Unión Europea como una fortaleza a escala global.
Serhii Pohoreltsev
Embajador de Ucrania en el Reino de España
El 91% de los ucranianos apoya la entrada en la Unión