El divorcio de Jasikevicius con su vestuario
► El Barça remontó en dos ocasiones un 2-1 en contra en la final
La serie de cuartos de final de la Euroliga contra el Bayern de Múnich agrietó al Barça de Jasikevicius y la semifinal de la Euroliga ante el Madrid dejó al equipo azulgrana sonado y al vestuario divorciado con su técnico. «Tenemos que ser más cabrones», es una consigna repetida por parte del entrenador lituano y en la final de la Liga Endesa desde que volvió al Palau. Salvo lo de Mirotic en el segundo partido, el Barcelona ha ido siempre a remolque en la serie ante el Madrid. El tercer partido ha ahondado en la crisis del Barça. Los números revelan la diferencia de intensidad, deseo y concentración en el último Clásico: 19 pérdidas y 15 rebotes ofensivos concedidos por el Barcelona, lo que supuso 19 lanzamientos más a canasta de los jugadores de Laso y Chus Mateo.
«Hay que pelear por nuestras vidas en el próximo partido. La clave es no regalar. Si perdemos balones, si no cogemos rebotes, no tenemos ataque. Son cosas simples. Es tiempo de demostrar carácter, entender que la serie pasa por las pequeñas cosas. Esto es como un combate de boxeo, no hace falta hablar», soltó Saras con una mezcla de resignación y disgusto después del repaso sufrido en el tercer partido. Fue el día en que llegó la primera victoria del Madrid en un Clásico como local en la «era Jasikevicius».
Para contrarrestar el deseo, la consistencia defensiva, la agresividad y la competitividad del Madrid, el Barça apela a la historia. Es el único equipo que ha sido capaz de remontar una eliminatoria por el título con un 2-1 en contra. Lo logró en dos ocasiones. En la temporada 1994-95, la del no triple de Ansley, superó al Unicaja en el quinto partido en el Palau tras estar contra las cuerdas en Málaga. En el curso 2011-12, el Barcelona fue campeón también en su pista tras remontar ante el Real Madrid.