Cáncer de próstata, el tumor más frecuente en los hombres
►Los síntomas de alerta son dificultad para orinar, sensación de urgencia o sangre en la orina
El de próstata es el tumor más frecuenteen hombres y constituye una de las primeras causas de mortalidadpor cáncer en varones junto con el de pulmón y el colorrectal, según datos del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Gracias a la investigación y a la detección precoz, se han conseguido notables avances en su tratamiento en los últimos años. Su incidencia aumenta con la edad y, en países desarrollados, se estima que menos del 10% de los diagnósticos iniciales están ya en fase metastásica, por lo que las posibilidades de supervivencia aumentan año tras año. El 90% de los casos se detecta en mayores de 65 años, y la edad media es de 75.
Los expertos inciden en las señales de alarma: «Los síntomas más representativos son dificultad para orinaryurgencia, pérdidadefuerza en el chorro de la orina, aumento de la frecuencia miccional, sobre todo de noche y sangre en la orina o en el semen. En ocasiones, cuando la enfermedad está diseminada, el paciente puede presentar dolores de huesos por la presencia de metástasisóseas », a clara Juan Casanova, jefe del Servicio de Urología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO).
A partir de los 50, los especialistas aconsejan consultar al urólogo y realizarse revisiones periódicas como un tacto rectal y un análisis de sangre PSA, un marcador tumoral que avisa si las células tumorales están activas. Con ello, se hace «un seguimiento diferenciado por grupos de riesgo» y se controla.
Las técnicas para el tratamiento del cáncer de próstata han evolucionado adaptándose alas características de cada paciente en términos de edad, comorbilidad o gravedad del tumor. Además, a la hora de determinar determinar el mejor abordaje se tiene en cuenta características del paciente como la edad u otras enfermedades que puede sufrir, así como el tamaño del tumor, el grado de Glesason o si está localizado dentro de la próstata o ha rebasado los límites de la misma», comenta Miguel Ángel Climent, jefe clínico del Servicio de Oncología Médica del IVO.
«En tumores de bajo riesgo se mantiene una vigilancia activa, con un seguimiento estricto. En estos o los intermedios tenemos el tratamiento focal, basado en la resonancia magnética y en la biopsia por fusión, se trata solo la zona de la próstata donde está el cáncer, lo que nos permite preservar la continencia y potencia en casi el 100% de los casos. Respecto a la braquiterapia, es la colocación de semillas radioactivas, trataremos la totalidad de la próstata, con mínimos efectos secundarios. Ante la cirugía, indicada en tumores de riesgo intermedio y alto, existen diferentes tipos, ya que puede ser abierta, laparoscópica o robótica, donde se extirpa la totalidad de la próstata, así como los ganglios pélvicos, que son el primer eslabón en la disemina ciónd el cáncer de próstata », de talla Casanova.
«En el caso que el tumor está diseminado, es decir, haya presencia de metástasis en otros órganos, el tratamiento fundamental sigue siendo las terapias hormonales an ti andrógenic as. Además de la de privación androgénica, disponemos de nuevos tratamientos hormonales con antiandrógenos de nueva generación con los que se obtienen mejores beneficios cuando se asocian a las terapias de deprivación androgénica. Además, tenemos también tratamientos con quimioterapia, isótopos radiactivos como el Ra223, radioconjugados como el Lutecio-PSMA o tratamientos que actúan cuando hay presencia de determinadas alteraciones genéticas en el tumor, los cuales tienen resultados muy buenos y prometedores pero que, en muchos casos, estamos pendientes de saber con exactitud en que situaciones clínicas obtienen los mejores», concreta Climent. La prostectomía radical, la extirpación de la próstata al completo, es el abordaje estándar y cuenta «con las cifras más contrastadas. Es la que permite el tratamiento al mismo tiempo de los gangliosp él vic os, primera estación metastásica».
La radioterapia es «muy eficaz en la mayoría de estadios de la enfermedad, en los iniciales de bajo riesgo sobre todo la braquiterapia es una alternativa ala cirugía, con unos resultados en la experiencia delIVO de control de la enfermedad a 10 años, por encima del 90%», tal como explica LeoncioArr ibas, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del IVO. «La braquiterapia precisa de un tratamiento en quirófano con anestesia –raquianestesia o general– y suele hacerse en uno o dos actos quirúrgicos. La radioterapia externa se suele aplicar entre 20 y 30 sesiones, aunque últimamente se están haciendo tratamientos de menos, con más dosis por fracción. Cada técnica tiene su indicación».
Diagnóstico precoz y PSA
Los expertos coinciden en que la detección precoz es la principal arma para luchar contra el cáncer de próstata y garantizar su cu ración. En fases tempranas, «tiene una tasa de supervivencia del 100% a cinco años», señala Casanova. Tacto rectal y PSA son los principales métodos de detección precoz: «Entre los 40 y 45 años ambos deberían ser obligatoria entre los hombres con antecedentes familiares, pues su rendimiento es equiparable a las pruebas que se realizan para la detección precoz del de mama en la mujer donde está aceptado por Sanidad y ampliamente implementado entre las mujeres. Cada vez más los hombres acuden a esta cita, y los tabús, afortunadamente, pasaron a la historia».
El IVO cuenta con un programa de Diagnóstico Precoz Oportunista. «Ante un tacto sospechoso y dos PSA por encima de 4 ng/ml, se realiza una resonancia magnética y se lleva el caso a un Comité UroRadiológico en el que se perfila la necesidad de biopsia y si esta es con fusión para optimizar el diagnóstico de cáncer de próstata de alto grado y minimizar así el sobretratamiento que se ha dado en épocas pretéritas. Es fundamental caracterizarlo correctamente de inicio para así poder indicar el tratamiento más adecuado».
Para los tratamientos que requieren de cirugía el IVO dispone del robot Da Vinci Xi: «Ofrece una solución capaz de combinar cirugía mínimamente invasiva y eficaz que supone ventajas para el paciente y el médico. Permite abordar cirugías de alta complejidad con todos los beneficios que conlleva para el paciente,al mejorar el tiempo de recuperación y la reducción de complicaciones como el sangrado olas infecciones», avala Casanova.