Cerillas y queroseno
MuchosMuchos economistas acusan al Banco Central Europeo de ser bombero pirómano. Cerillas con queroseno. Sofoca incendios causados por pandemias, guerras y políticas erróneas de gobernantes y hornea lentamente una laxa política monetaria que dura más de lo deseado que avienta los precios.
La actual inflación viene generada, en su mayor parte, por el lado de la oferta por la elevación de los costes de las materias primas, en especial de la energía. El gas y el petróleo rusos son armas tan contundentes en manos de Putin como los misiles Kalibr. Nunca pensó que tendrían que luchar casa a casa, fábrica a fábrica en la tierra del dorado cereal. El neozar sí que conocía la dependencia energética europea, la había cultivado. Los carburantes, depósito a depósito, conquistan máximos y la electricidad, a pesar de los apaños y parches del Gobierno con el límite al gas, sigue enchufada al encarecimiento.
Esta inflación ha trastocado el repliegue diseñado por el BCE tras superar la Covid. La retirada hacia posiciones más ortodoxas está cegado por los combates en Lugansk, los bombardeos de Kiev o los contraataques en Jerson. Así que el BCE prepara nuevas herramientas para que la deuda pública sureña no se desboque.
DraghiyanoestáenFrankfurt y su prima de riesgo se encabrita cada vez que le mueven la silla de primer ministro. El bono español sufría en silencio los desequilibrios presupuestarios, la retardada recuperación, la inflación y el peso de la deuda, se añaden los puntapiés transalpinos.
El BCE intentará salvar a unos y otros e impondrá condiciones. Reclama reformas cuando los gobernantes solo buscan tiempo y los ciudadanos aire.