Las protestas sumen a Ecuador en el caos
► Lasso se muestra dispuesto a negociar, pero se niega a levantar el estado de excepción
«Una turba criminal generó absoluto terror en la ciudad de Puyo. Ciudadanos en estado etílico impedían atender a los pacientes y el paso de ambulancias y víveres». El ministro del Interior de Ecuador, Patricio Carrillo, confirmaba ayer la muerte de un manifestante, seis policías heridos, 18 agentes desaparecidos, tres más «retenidos» y más de diez vehículos policiales dañados en las protestas de este martes en Puyo, capital de la provincia amazónica de Pastaza. El Gobierno de Guillermo Lasso ha rechazado derogar el estado de excepción decretado en seis provincias y otras condiciones de la de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador para comenzar un diálogo que ponga fin a la huelga indefinida convocada desde el 13 de junio por el movimiento indígena.
Mientras siguen llegando a Quito centenares de indígenas de todo el país, el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, aseguró que «no podemos levantar el estado de excepción porque eso es dejar indefensa la capital»: «No es el momento de exigir más demandas, es el momento de sentarse a negociar ». Unos 10.000 indígenas protestan en Quito portando palos de madera y escudos artesanales para enfrentarse a la Policía. Gremios campesinos, movimientos sociales y sindicatos como la Unión Nacional de Educadores se han unido a las protestas de los indígenas. Ecuador lamenta dos manifestantes fallecidos en los diez días de paro nacional.
Tras la petición de 300 organizaciones civiles, Lasso ha aceptado sentarse a negociar con el movimiento indígena para tratar de resolver la crisis que está haciendo tambalear su Gobierno. La Conaie ha pedido «garantías». Su presidente, Leónidas Iza, detenido al inicio del paro nacional y en libertad con cargos, exigió al gobierno eliminar el estado de excepción, «poner fin a la represión» y retirar a los policías alrededor de las universidades y otros lugares donde descansan en la capital. La Conaie reclama que les permitan llegar al parque El Arbolito y la vecina Casa de la Cultura para realizar sus asambleas. La UE y la ONU se han ofrecido como mediadores.
Las son o logra frenar las movilizaciones, centradas en congelar los precios del combustible, controlarlo s precios de los productos básicos y una mayor cobertura pública en sanidad y educación. La Embajada española en Quito, junto con otras nueve legaciones diplomáticas, muestra su preocupación por «los continuos disturbios violentos ». El Gobierno acusa a los indígenas de intentar« poner final a democracia en Ecuador», mientras la tensión aumenta en Quito y otros puntos del país.