Junqueras exige la amnistía un año después de recibir los indultos
► ERC centra el aniversario de la medida de gracia en un acto en el que insiste y se esfuerza en distanciarse al máximo de Junts
JustoJusto ayer 22 de junio se cumplió un año de la concesión de los indultos por parte del Consejo de Ministros de Pedro Sánchez a los líderes del «procés», un aniversario que Esquerra aprovechó para apretar las tuercas al Gobierno en el momento de mayor debilidad por la debacle en Andalucía. Conocedor de la importancia de los tiempos en política, ERC montó un acto con Oriol Junqueras a la cabeza y con los demás indultados del partido este miércoles en Barcelona en el que fijó su mensaje, volvió a reclamar reclamar como solución al «conflicto» una ley de amnistía que permita el regreso a España de los huidos y agitó de nuevo la carta de la independencia: «No hay ningún riesgo de que en la negociación nos convenzan de nada».
«Nadie nos convencerá de aquello que no queremos hacer», abundó el presidente republicano ante Carme Forcadell, Raül Romeva y Dolors Bassa, los tres dirigentes beneficiados de la medida de gracia del Gobierno hace exactamente 12 meses. Junqueras centró su discurso en dos ideas: reclamar la aprobación de la citada ley de amnistía –que allanaría el terreno para Carles Puigdemont, por ejemplo–y reivindicar la vigencia de la mesa de diálogo, su apuesta para la legislatura.
«Lo último que deberíamos hacer es ahorrarle [al Gobierno] la mesa que le incomoda. Siempre defenderemos la negociación en todas sus concreciones posibles», advitió Junqueras el mismo día en que se remprendieron las relaciones entre la Generalitat y el Gobierno.
De hecho y ante el boicot interno que ejerce Junts en el independentismo –los posconvergentes están en desacuerdo y afean cualquier movimiento a favor de la vía negociada y pactada– el presidente de ERCpuso el acento en exigir un referéndum de autodeterminación «para poder votar la independencia». Y aquí es justo cuando introdujo el mensaje de que nadie les convencerá «de lo contrario».
Un aviso dirigido también al partido de Puigdemont y Borràs, abonado a posiciones más radicales y a una confrontación permanente con el Gobierno. De hecho, Junts ultima una nueva hoja de ruta, que aprobará en la segunda parte de su congreso interno el próximo mes de julio, en la que apuesta por dar por «liquidada» la vía pactista que encarna Esquerra y pasar a la ofensiva con una «segunda vuelta» del «procés» coincidiendo con el quinto aniversario del referéndum ilegal el 1 de octubre. ¿Cómo? Es lo que tienen que definir los posconvergentes para su nueva estrategia política, votada por las bases en un ónclave en
L’Hospitalet a mediados del mes que viene.
Sea como fuere, lo cierto es que la nueva hoja de ruta posconvergente bordeará la unilateralidad –si no entra de lleno en ella– y chocará con la vía pactista de Esquerra. Además, hay que tener en cuenta que la formación que lidera ahora el tándem formado por Laura Borràs (presidenta) y Jordi Turull (secretario general) prepara una auditoría del pacto de gobierno con Esquerra que busca someter a votación de las bases. Un nuevo órdago con el punto de vista en Esquerra y en el Ejecutivo que controla Pere Aragonès.
En su discurso, Junqueras no se refirió de forma explícita a los posconvergentes aunque se esforzó en más de una ocasión en blindar la vía pactista y negociadora de ERC frente a Junts.
De hecho, el acto en sí de ater de ERC ya marcaba distancias con Junts al circunstcribirlo únicamente al partido. En el cónclave asistieron dirigentes del partido como como el conseller de Educación, Josep GonzàlezCambray; la vicepresidenta primera del Parlament, Alba Vergés; la secretaria general adjunta, Marta Vilalta; la portavoz adjunta en el Parlament, Meritxell Serret, y Ernest Maragall.
Deja clara la validez de su hoja de ruta ante los envites y el constante boicot de Junts Los posconvergentes preparan una nueva estrategia que incluye una «segunda vuelta del 1-O»