Colau quiere limitar los grupos de turistas
► El Ayuntamiento firma un convenio con dos asociaciones
La relación de Barcelona con el turismo es casi la de un matrimonio mal avenido. Se necesitan pero a menudo se detestan. No en vano, la capital catalana lleva años instalada en el podio de las ciudades más visitadas de Europa, junto con París y Londres, pero con una población y dimensiones sensiblemente menores. Y Ada Colau, como alcaldesa de Barcelona, hace tiempo que intenta aplicar, con más o menos fortuna, medidas que minimicen las consecuencias del turismo en la ciudad.
La última es firmar un manual de buenas prácticas con las dos asociaciones oficiales de guías turísticos (AGUICAT y APIT) para limitar a 15 personas los grupos de turistas en los barrios de Ciutat Vella. En el resto de la ciudad, sin embargo, la limitación se sitúa en 30 personas. El documento también establece un límite de grupos en determinados espacios del distrito, como la plaza de Sant Felip Neri o la del Pi, y fija calles de sentido único para itinerarios turísticos.
Las buenas prácticas incluyen el compromiso de no captar turistas en la vía pública, el fomento de las visitas programadas y la compra anticipada de entradas para mejorar la accesibilidad desde la calle Asimismo, insta a evitar conductas irrespectuosas con el patrimonio arquitectónico, a que los guías mantengan actualizados los conocimientos sobre los recursos turísticos turísticos y espacio público, ordenanzas, Ley de Turismo, preservación de la privacidad y a que se evite la exposición de menores (evitando tomar fotografías o interferir en espacios donde haya menores o grupos escolares haciendo uso de la vía pública).
Junto a estas medidas, en Ciutat Vella, en los barrios Gótico, San Pedro, Santa Catalina, La Ribera y la Barceloneta, con mayor densidad turística, se adoptan otras específicas, como limitar el tamaño de los grupos.