Esquerra amenaza con dejar caer a Laura Borràs
► Forcadell le pide responsabilidad e insinúa la opción de la dimisión como presidenta del Parlament
Gran parte de la carrera de Laura Borràs (Junts) y su puesto como presidenta del Parlament –la segunda institución catalana– penden de un hilo y se abocan al abismo después de que el TSJC la haya procesado por corrupción y esté a la espera de la acusación de la Fiscalía, el último trámite para la apertura de juicio oral. Un embrollo jurídico que tiene una importante derivada en el terreno político: su suspensión en el cargo depende en gran parte de Esquerra. Y ERC insinúa una posible dimisión y advierte de las consecuencias de aferrarse a la silla.
La campaña de presión ha empezado y en las filas republicanas el mensaje es claro: separan su caso por presunto fraude al asignar 18 contratos a dedo cuando dirigía una institución cultural de la supuesta persecución judicial contra el independentismo; exigen responsabilidad a Borràs y amenazan con dejarla caer si se acaba sentando en el banquillo de los acusados. En privado la consigna es esa, y en público quien fijó el posicionamiento fue Carme Forcadell, una elección nada baladí al tratarse de su antecesora y un «referente» para Borràs.
«El Parlament debe ser una institución ejemplar. Debe tener tolerancia cero con la corrupción y debe ser transparente para que no haya ninguna duda sobre el movimiento independentista», advirtió Forcadell en una entrevista.
En este sentido, la expresidenta de la Cámara llamó a Borràs a no pensar en «ella misma» sino en el «prestigio de la institución» que lidera. Borràs «debe dar explicaciones muy convincentes» sobre este caso, porque «no debe haber ninguna sombra de sospecha sobre la honestidad del movimiento independentista» y del propio Parlament, abundó abriendo la puerta a una hipotética salida de la posEl convergente. De hecho, Forcadell dio a entender que la opción de la dimisión debería estar encima de la mesa y así evitar un enfrentamiento directo entre ERC y Junts. De no ocurrir, los republicanos ya avisan con dejarla caer en aplicación del reglamento del Parlament.
Y aquí entra el juego el artículo 25.4, que indica que la Mesa debe «acordar la suspensión de los derechos y deberes de los parlamentarios de forma inmediata» cuando se decrete apertura de juicio oral –algo que puede hacer el TSJC tras la Fiscalía– y en caso los delitos asociados a la corrupción como los que se le imputan a Borràs.
Ante la incertidumbre sobre su futuro inmediato, la presidenta del Parlament hace semanas que estudia dos vías para evitar su suspensión en caso de que el TSJC abra juicio oral: alegar que la causa contra ella tiene motivaciones «políticas» y no judiciales, y otra más reglamentaria. Ambas requerirían del concurso de ERC y la CUP, una confianza que Borràs no tiene. El resto de partidos de la oposición también se oponen y piden su cabeza política de inmediato.