La Razón (Cataluña)

Collares, correas y arneses

- Carlos Rodríguez.

En la actualidad podemos encontrar infinidad de variantes para transitar con nuestro mejor amigo de forma cómoda y segura: collares de distintos materiales y diseños, arneses que ocupan una mayor o menor extensión corporal, correas fijas o extensible­s… Entre esta ingente variedad de posibilida­des ¿cómo elegir?

Lo más lógico, lo que deberíamos plantearno­s, es qué actividade­s vamos a realizar con nuestro amigo en el exterior del hogar para así adecuar, de la mejor forma posible, el accesorio a su función. El «kit» básico de paseo estaría compuesto por un collar y una correa. Lógico, ¿no?

Collares

Entre la oferta de collares a la que un propietari­o se enfrenta, lo más simple y adecuado es un collar de cuero o material sintético de una anchura acorde al cuerpo del animal, ni demasiado estrecha, ni excesivame­nte ancha.

Los que deberíamos olvidar son los collares metálicos de ahogo y los metálicos con «pinchos». Estos dos últimos son lesivos para el animal y aunque «pretenden» servir para su control lo único que pueden provocar son lesiones y una educación por sometimien­to: totalmente descartabl­es.

Arneses/Petrales

Los sistemas de contención que se fijan alrededor de cuello y/o tórax del animal fueron pensados para la tracción, para que el perro tirara de diversos elementos (trineos, por ejemplo) pero en la actualidad son más un elemento «de moda» que un accesorio necesario para la mayoría de los perros.

Con los arneses el animal podrá tirar con mayor comodidad y sin generar molestias en su cuello, por lo que, si no están bien educados, los paseos serán un suplicio para el humano. Existen cientos de variantes por lo que, al no ser adquiridos para una función y si por un tema estético, la elección corre a criterio del gusto del humano.

Correas

Fijas, extensible­s, largas, cortas, con amortiguac­ión… la lista de posibilida­des en las correas va a la par de la gran variabilid­ad de accesorios para el manejo y control de nuestros mejores amigos.

Lo más simple es una correa resistente de una longitud que nos permita caminar cómodament­e con nuestro amigo cerca.

En el caso de las correas extensible­s, con gente a favor y en contra, debemos comentar que si son bien utilizadas pueden ser una buena opción para el control del animal y para permitir su desplazami­ento más lejos de nosotros sin que lleguemos tampoco a perder el contacto.

Pensemos en que nuestra elección es importante porque debemos aportar a nuestro mejor amigo seguridad, comodidad y firmeza.

Para elegir un buen sistema de sujeción hay que saber qué actividad haremos

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