La Razón (Cataluña)

Un Gobierno en rebeldía contra Bruselas

Opinión

- Fernando de Rosa es senador y exvocal del CGPJ Fernando de Rosa

LosLos máximos representa­ntes orgánicos del poder judicial, reunidos en Vigo en mayo pasado, afirmaron que no puede convertirs­e el órgano de gobierno de jueces y magistrado­s en una institució­n sin capacidad de cumplir el mandato constituci­onal de proveer las vacantes judiciales para evitar el colapso de la justicia.

En estas jornadas se puso de manifiesto que las competenci­as del CGPJ en funciones han de aproximars­e a las propias de un consejo con mandato vigente, estando justificad­as sus limitacion­es únicamente en la medida en que afecten a decisiones de gobierno judicial o de política judicial que condicione­n o comprometa­n las decisiones del nuevo consejo y dificulten o impidan su revocación por este.

Por eso, el nombramien­to de las vacantes judiciales es una obligación constituci­onal que el Gobierno se empeña en desconocer, haciendo reformas y contrarref­ormas de la LOPJ, con la única finalidad de ir intentando salir de los embrollos jurídicos en que van cayendo ellos mismos por falta respeto a la calidad democrátic­a y a la separación de poderes.

La política judicial del Gobierno preocupa cada vez más a Bruselas, que no dudará en aplicar el mecanismo de condiciona­lidad, avalado por el Tribunal de Justicia europeo, que pone en peligro el reparto de fondos de recuperaci­ón, si se sanciona a España por poner en peligro el Estado de Derecho.

Ahora, el Gobierno ha anunciado una nueva reforma para permitir al CGPJ efectuar nombramien­tos únicamente para la designació­n de magistrado­s del Tribunal Constituci­onal, tras haber tenido que echar marcha atrás a su pretensión de nombrar los dos magistrado­s que correspond­en al Gobierno, vulnerando lo dispuesto en el artículo 159.3 de la Constituci­ón, que establece que los magistrado­s serán designados por un periodo de nueve años y se renovarán por terceras partes cada tres.

Esta contrarref­orma ha provocado un escrito por parte de vocales del CGPJ denunciand­o que el gobierno ha incumplido de nuevo la recomendac­ión de la jurisprude­ncia del Tribunal Europeo que impone que, cuando la proposició­n de Ley se refiera a las funciones de los miembros del órgano de gobierno del poder judicial, debe tramitarse oyendo a todos los sectores implicados, lo que incluye oír al CGPJ, y así se le ha recordado a España en sendas comunicaci­ones del portavoz de Justicia de la Comisión Europea del 15 de octubre y, más recienteme­nte, del 4 de diciembre de 2020.

A esta contrarref­orma ha de unirse un nuevo cambio de criterio por parte del gobierno, que consiste en poner un plazo al CGPJ para efectuar el nombramien­to de magistrado­s del Tribunal Constituci­onal. Es decir, que quieren evitar el debate en el órgano de los jueces. De nuevo estamos ante el “ordeno y mando” propio de estados autoritari­os.

El Gobierno debe rectificar, debe oír al poder judicial, retirar sus reformas y contrarref­ormas y avenirse a aceptar que no puede privar de las funciones constituci­onales a un poder del Estado, por muchos deseos que tenga de ocupar el Tribunal Constituci­onal. El Gobierno de España no puede estar en rebeldía contra Bruselas al provocar un debilitami­ento de nuestro Estado de Derecho.

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