Unas rebajas sin grandes descuentos ni muchas ventas
► Los comerciantes, pesimistas por el impacto de la inflación
El 1 de julio solía ser junto al 7 de enero el gran pistoletazo de salida de las rebajas. «Manadas» de gente agolpándose a la puerta de los grandes almacenes desde primera hora para ser los primeros en disfrutar de suculentos descuentos que sólo llegaban dos veces al año. Una imagen que prácticamente ha desaparecido desde la liberalización de los periodos de rebajas en 2012 y también por el auge del comercio online, caracterizado por ofrecer descuentos durante todo el año. Este año, además, se suma la delicada situación económica que atraviesan muchos hogares, asfixiados por una galopante inflación que ha disparado el precio de casi todos los productos y recortado drásticamente el poder adquisitivo de los consumidores.
Los comerciantes arrancan así una de las campañas de rebajas más descafeinada y pesimista de los últimos tiempos. En este sentido, desde la Confederación Española de Comercio (CEC) no prevén ni grandes descuentos ni un incremento significativo de las ventas. La patronal del sector recuerda además que pese a que las tradicionales rebajas arrancan este 1 de julio, son muchas las firmas comerciales que dieron ya el pistoletazo de salida a esta campaña hace más de una semana y con ellas, muchos pequeños y medianos comercios que se han visto «arrastrados a adelantarlas para intentar competir y no perder las ventas de los primeros días, aunque esto suponga acortar los tiempos naturales de ventas en temporada a precios originales».
Los comerciantes «no esperan que esta campaña suponga una dinamización importante» de las ventas. Desde la liberalización de los periodos de rebajas en 2012, estas han ido perdiendo poder de convocatoria y atractivo de cara al consumidor. «Se mantienen por tradición, pero la desestacionalización de los descuentos, que se encadenan a lo largo de todos los meses del año, bajo promociones o descuentos ocasionales, han disipado su impacto más allá de la primera semana» señala Rafael Torres, presidente de la CEC.
Pero este año lo ven aún más crudo. «No se esperan descuentos importantes debido a la elevada inflación que ya se ha trasladado inevitablemente al precio final de los productos, así como a los altísimos sobrecostes a los que están haciendo frente las pymes y autónomos del sector y que están reduciendo unos ya de por sí reducidos márgenes», afirma la CEC.