David Mitchell relata el sueño roto de los sesenta
A través de la historia de una banda de rock que triunfa, el escritor, a ritmo de música, canta el final de una década cargada de ilusiones
Las novelas de David Mitchell suelen ser novelas largas y, en vez de estar sostenidas sobre un claro argumento, parecen estar encadenadas por escenas, eventos y situaciones que van tejiendo, a lo largo de las páginas, una trama que, a su vez, está a unida a otras tramas por sugerentes líneas narrativas que se esparcen en el tiempo y en el espacio, tal como lo hizo, por ejemplo, en novelas como «El atlas de las nubes» o «Mil otoños». Octava novela de este escritor británico que fue bendecido en 2003 por la revista «Granta» como uno de los mejores escritores jóvenes de entonces, en «Utopía Avenue» David Mitchell se entromete en la historia de una banda ficticia de rock, la mejor banda de rock que el lector ha escuchado jamás, llamada, llamada, como el título de la novela, «Utopía Avenue», e integrada por cuatro jóvenes: Elf Holloway, una cantante de folk a quien su amante ha traicionado, un bajista, Dean Moss, con un pasado convulso, el virtuoso de la guitarra Jasper de Zoet y Griff Griffin, un batería proveniente del jazz. Son los finales de la década del sesenta, cuando la banda aparece en la escena musical del Londres de la revolución sexual y de los tiempos de la psicodelia y consigue, con solo dos álbumes y una breve pero deslumbrante trayectoria, capturar la esencia de una época turbulenta.
Camino al triunfo
Su trayectoria es meteórica: en pocos años pasan de sórdidos clubes del Soho hasta la cúspide de su éxito y gira en medio de la contracultura y de las protestas por la guerra de Vietnam. «Utopia Avenue», más allá de que pueda considerarse una novela colectiva, es un relato que se adentra en las historias personales, en los caminos que los cuatro miembros de la banda debieron recorrer antes de llegar al estrellato. El resultado es un retrato sagaz de una época y el ocaso de una década en la que todo parecía ser posible y acabó en el recuerdo de algo que pudo ser y que, al final, fue devorado por el mundo.
Lo mejor
David Mitchell ofrece un retrato general de una época y de una cultura
Lo peor
Hay un elenco de otros personajes que no son los principales que parecen sobrar