La necesidad de hablar con la fuerza de un tsunami
La escritora recoge un hecho real que sucedió en Japón en 2011 para construir una hermosa novela sobre la necesidad de comunicación
El terrible tsunami que sufrió Japón en 2011 dejó tras su paso un país destrozado y alrededor de veinte mil muertos. En la prefectura japonesa de Iwate, en las laderas de un monte, un hombre instaló una cabina telefónica en el jardín de su casa, al lado de una de las ciudades más afectadas por el suceso. En su interior, hay un viejo teléfono negro, sin conexión, que traslada las voces a través del viento. Cada año miles de personas acuden en peregrinación hasta esta misma cabina para hablar con sus seres perdidos. La autora parte de este hecho real para crear la historia de una locutora de radio que ha perdido a dos seres queridos en la catástrofe y piensa en la posibilidad de superar el duelo y encontrar la paz acudiendo a ese teléfono.
Esta parte narrativa, que está muy bien documentada y resulta muy interesante para acercar al lector a la cultura japonesa, se alterna alterna con unos textos breves sobre la vida cotidiana en los que tienen cabida desde consejos para educar a los niños, citas de psicoterapeutas extraídas de libros o textos bíblicos. Imai Messina muestra en este aspecto una exquisita delicadeza y una gran sabiduría a la hora de hablar de las diferentes formas que adquiere el duelo en los seres humanos. Sin dejar de conmover en ningún momento, y a la vez controlando los sentimientos, la escritora ofrece al lector una obra sutil y conmovedora al mismo tiempo, difícil de olvidar, que es también una llamada de atención sobre la necesidad de la comunicación para superar las pérdidas importantes de la vida.
Lo mejor
Es un libro de extrema delicadeza que muestra cuánto destruyen y enseñan las tragedias
Lo peor
Nada. Su lectura lleva a reflexionar sobre la importancia de cuidar lo pequeño y cotidiano