La Razón (Cataluña)

Francisco Martínez. Alcaraz y la hierba ya se aman

► A octavos de Wimbledon El murciano da una exhibición ante Otte (6-3, 6-1 y 6-2) y ahora le espera el italiano Sinner

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CarlosCarl­os Alcaraz pedía tiempo para adaptarse a la hierba, una superficie sobre la que nunca había jugado hasta 2021, pero parece que para él el tiempo tiene una duración distinta que para el resto. Pasado el susto de la primera jornada contra Struff, el joven murciano está volando ya sobre la pista rápida y más especial del tenis, en la que hay que jugar más agachado y donde se tiene que ir al ataque, algo que no es problema para él. Es más, lo adora. El español se encontraba en tercera ronda con un tenista que llevaba un tramo fantástico sobre «verde»: semifinali­sta en Stuttgart, frenado sólo por Berrettini, finalista el año pasado en el All England Club y en la nómina de favoritos este año hasta que el covid lo echó; y semifinali­sba ta en Halle, batido por el número uno del mundo, Medvedev. Perdió sólo con quien tenía que perder. Está Otte, de 28 años, gigante de 193 centímetro­s, con el mejor ranking de su carrera (36). Se planteauna planteauna dura batalla contra Alcaraz, pero no fue tal (6-3, 6-1 y 6-2).

Si el servicio es la clave de tu juego y a la primera te lo rompen, no es una buena manera de empezar. Así lo hizo Carlos, para marcar territorio, con esa juventud que le sale por los poros en todos sus movimiento­s, cuando corre a por las pelotas, cuando se invierte para darle de derecha aunque tenga que recorrer unos metros de más, hasta cuando persigue una bola que sabe que va fuera o se dirige a a la silla para sentarse en los descansos. Su físico es insultante, y su tenis, por momentos, también, al menos así lo sintió Otte. Con mucha intuición en el resto, claro que el español no pudo devolver muchos de los saques, pero la respuesta a muchos otros era un misil tan rápido que no daba tiempo a reaccionar a su rival. Qué decir cuando el germano no podía meter el primero: entonces vivía una tortura (sólo sumó 13 de 39). Fue

acumulando pelotas de break en contra casi en cada juego, mientras que Carlitos solventaba los suyos al servicio con cierta comodidad, sólo teniendo que hacer frente a una bola de rotura, que salvó, en la hora y 38 minutos que duró el encuentro. Apenas perdió el murciano 14 puntos con su saque, 5 con el primero y 9 con el segundo. Sus visitas a la red también fueron frecuentes y fructífera­s: 29 para conseguir 24 puntos. Y tampoco le faltó el puntazo del día, ese que dice que siempre busca. En realidad fueron varios. Un globo demostrand­o que tiene una mano finísima, un passing con la derecha retrocedie­ndo y un detalle de elegancia y nobleza: era el comienzo del segundo set, le tocaba tocaba sacar y Otte trató de sorprender­lo con una dejada en el segundo tiro. Sobrado de piernas, Carlos llegó y puso una pelota imposible cortita cruzada. Tanto ángulo le dio que sacó la bola del lateral de la red, y el alemán pudo llegar y golpear la pelota por abajo, sin tener que pasar por encima de la cinta. El golpe anterior del murciano fue cantado como malo por el juez de línea, pero el juez de silla, que es el que manda, lo corrigió al entender que la pelota había sido buena. Eso implicaba, para desgracia de Otte, que el punto se tenía que repetir. Un punto que había continuado sin problema y que había ganado el alemán. Así lo pensó Alcaraz, que decidió que lo justo era concedérse­lo. Se puso 15-30, pero de poco le sirvió.

Cada arranque de set lo hizo el murciano como si fuera una apisonador­a, y así se planta en octavos de final en una nube, de juego y de confianza. «Es el mejor partido que he disputado sobre hierba», dijo a pie de pista. No comentó el detalle de que era sólo su quinto duelo en esa superficie, pero la verdad es que por momentos parecía dar igual que fuera hierba, tierra o pista dura. Las armas las tiene y las muestra en todos lados y con toda naturalida­d, como lleva todo lo que le está sucediendo. Los días de descanso pasa el tiempo jugando al golf, haciendo turismo por Londres o cenando unas buenas piezas de sushiconsu­equipo,consuentre­nador Juan Carlos Ferrero y su mánager Albert Molina al frente.

Las curvas aumentan, porque ahora le espera otro tenista joven, sólo un año mayor que él, 20 por 19, Jannik Sinner que pudo con el cañonero Isner (6-4, 7-6 [7/4] y 63). Ya se han enfrentado una vez y ganó Alcaraz en la pista dura e «indoor» de París-Bercy, un choque en el que el italiano confesó que le impresionó la cantidad de cosas que podía hacer su rival. «Todo el mundo sabe el nivel de Sinner. Juega muy bien en hierba, es muy agresivo. Va a ser un partido muy divertido», opinó Carlitos. Ojo, utiliza la palabra «divertido». ¿Quién dijo responsabi­lidad?

Alcaraz ya está en octavos y hoy intentarán llegar hasta ahí Rafa Nadal y Paula Badosa. A la barcelones­a, en el segundo turno de la central (sobre las 16:00) le espera la doble campeona en Londres Kvitova. Cuando acabe ese partido, Rafa se las verá con el italiano Lorenzo Sonego.

5 puntos de 39 jugados perdió Alcaraz cuando consiguió meter el primer servicio

20 oportunida­des de break se concedió contra un gran sacador como Otte: logró concretar seis

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EFE Carlos Alcaraz se estira para volear en su partido contra el alemán Oscar Otte

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