Insistiendo en el error
Opinión
ElEl pasado 14 de junio, en plena campaña de las elecciones andaluzas, el Consejo de Ministros validó como proyecto de ley el anteproyecto sobre equidad, universalidad y cohesión del Sistema Nacional de Salud (SNS) que analizó en noviembre de 2021.
Lejos de rectificar y adecuar su propuesta a las necesidades del SNS, el Ministerio de Sanidad ha introducido cambios en el documento original que –por desgracia– lo alejan todavía más de la realidad –por ejemplo, en términos de colaboración público-privada– y que han suscitado más dudas y rechazo en colegios profesionales, en asociaciones de pacientes… e incluso en el propio Consejo de Ministros (Podemos).
Dudo mucho, además, que el proyecto tenga respaldo parlamentario de nacionalistas e independentistas por la imposición que parece pretender de la gestión directa a las comunidades autónomas y es llamativo, cuanto menos, que el Gobierno diga apostar por lo público mientras recorta el PIB destinado a Sanidad –del 7,1% de este año al 6,7%– en el «Plan de Estabilidad 2022-2025» enviado a Europa.
Como ya dije en el artículo que escribí en noviembre sobre el anteproyecto de ley, el SNS requiere medidas distintas a las contempladas en el proyecto para consolidar y desarrollar de verdad la equidad, la universalidad y la cohesión.
Insisto en lo que propuse hace siete meses. Hay que aumentar la financiación hasta el 8% del PIB, mejorar la gestión desde la costeeficacia y los resultados en salud, poner en marcha con inmediatez la Agencia Estatal de Salud Pública, desarrollar la calidad como pilar vertebrador del SNS… porque es lo que pide el sector, aunque el Gobierno no lo esté haciendo ni parezca tener previsión de hacerlo.