Las Meninas en la OTAN
Ignacio Rodríguez Burgos
DiegoDiego Rodríguez de Silva y Velázquez se pasó casi 40 años pintando al poder, ya fueran Papas como Inocencio X, válidos ambiciosos como el Conde Duque de Olivares, o monarcas absolutos como el Rey Planeta, Felipe IV. Pero Velázquez nunca pensó que 366 años después de rematar «Las Meninas» iba a terminar inmortalizado en la fotografía de los mandatarios de la alianza militar y política más poderosa de la historia, la OTAN.
La obra cumbre de Velázquez guarda siempre un secreto. El artista ocultó lo que estaba pintando. Se supone que retrataba a los reyes que aparecen al fondo, reflejados en un espejo. ¿Es posible que, en realidad, estuviera pensando en los espectadores? Velázquez mira desafiante hacia el público y esta semana lo hacía con más determinación. El maestro no solo pintó dominio, también mostró la vida de los más humildes. «El aguador de Sevilla» podría ser hoy uno de esos trabajadores que ven menguar su sueldo, que llegan con dificultad a final de mes para acabar entre el 28% de la población en riesgo de pobreza o exclusión social.
Cuando Velázquez pintó «La fragua de Vulcano» nunca hubiera pensado que las herrerías, hoy siderúrgicas, estarían en peligro por el elevado coste de la energía, que sigue subiendo a pesar del tope en el gas.
Y cuando todavía vivía en Sevilla, con apenas 17 años, Velázquez deslumbró con su «Vieja friendo huevos». Entonces, el precio del aceite y de los huevos ya se desbordaba, como el del resto de los alimentos.
En la época de Velázquez ya había inflación, que se lo digan a la Escuela de Salamanca, aunque entonces la llamaban penuria.