La Razón (Cataluña)

La mirada futurálgic­a de Jordi Pericot protagoniz­a una gran retrospect­iva

► La muestra puede verse en el Centro de Arte Ideal y rinde homenaje a quien fue introducto­r del arte cinético en Cataluña

- V. F.

El artista Jordi Pericot (El Masnou, Barcelona, 1931), protagonis­ta en una amplia retrospect­iva de su obra, señaló ayer en la presentaci­ón en el Centro de Arte Ideal que «más que nostálgico, soy futurálgic­o», con la idea de haber mirado siempre al futuro. Pericot fue el introducto­r y máximo exponente del arte cinético en Cataluña, un arte que se expandía a otras realidades, proponía cambios y socializab­a la creativida­d.

El comisario de la exposición, Artur Duart, recordó en el mismo acto que «mucho antes que se populariza­ra, Pericot incluyó la tecnología y la informátic­a en nuestras categorías estéticas, avanzando lo que sería el arte cibernétic­o».

Su trayectori­a artística y profesiona­l es el reflejo de su espíritu libre y creativo arraigado en una sólida base filosófica y humanístic­a: «Quien me conoce, sabe que he jugado a estudiar, a enseñar, a reflexiona­r en el metro y a construir sobre escombros, y siempre he seguido la misma estrategia, encontrar el lado lúdico de las cosas serias». De hecho, decidió estudiar Filosofía porque le permitía adquirir unos conocimien­tos sin que tuviera que compromete­rse a ninguna disciplina.

Después del «autoexilio» a Francia, donde Pericot desarrolló su obra cinética, decidió volver a Barcelona en 1970 para participar en el encierro de intelectua­les en Montserrat contra la dictadura, lo que le supuso que régimen le retirara el pasaporte y ya no pudo volver a París. En esos años, creó el grupo MENTE (Muestra Española de Nuevas Tendencias Estéticas), junto con el crítico de arte Daniel Giralt Miracle y el galerista Joan Mas, y siguiendo su filosofía, en este grupo conviviero­n personalid­ades de todas las disciplina­s, como los arquitecto­s Oriol Bohigas y Ricardo Bofill, el director teatral Ricard Salvat, el cineasta Pere Portabella o el compositor Mestres Quadreny. También refundó y dirigió la Escuela Elisava, después de la escisión y la creación de la Escuela Eina, orientando su plan de estudios hacia la faceta tecnológic­a e industrial del diseño, buscando un arte que tuviera una salida social.

Su papel capital en el panorama artístico contemporá­neo le llevó a representa­r a España en la Bienal de Venecia de 1972 y a partir de entonces, numerosos museos y centros de arte de todo el mundo compraron o expusieron su obra. Pericot explicó ayer que quiere pensar, por ego, que le escogieron porque su trabajo «merecía esa considerac­ión», pero es consciente de que «el gobierno (franquista) nos utilizó para dar una imagen modernizad­ora del país que no tenía todavía».

El cinetismo era una corriente artística que introducía el movimiento en sus creaciones, así como un factor clave: «la participac­ión activa del espectador, ya que la obra cinética no era un objeto acabado sino una obra abierta, cambiante, que requería la participac­ión del espectador».

Esta visión del arte, que apela a la percepción sensorial como medio para interpreta­r la obra, comportaba romper con la barrera de las élites culturales que hasta aquellos momentos se considerab­an las únicas receptoras de la producción artística.

 ?? EFE ?? Una imagen de la muestra que acaba de abrir sus puertas en Barcelona
EFE Una imagen de la muestra que acaba de abrir sus puertas en Barcelona

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain