Borne insta a la Asamblea a salir de la parálisis: «Hay que actuar»
► La primera ministra francesa mantiene la reforma de las pensiones entre sus prioridades
La legislatura de lo desconocido ha arrancado en Francia con un Gobierno que no cuenta con un rodillo parlamentario que lo secunde. Los franceses lo dijeron nítidamente en las urnas: querían un segundo mandato de Emmanuel Macron, pero sin un poder absoluto. Y ahora, toca explorar la vía del pacto y el entendimiento en un país poco acostumbrado a ello. La primera ministra, Elisabeth Borne, fragilizada tras las elecciones legislativas, pero respaldada después por Macron, pidió ayer a los demás grupos en la Asamblea Nacional «trabajar de forma constructiva en favor del país».
«Los franceses han elegido una Asamblea sin mayoría absoluta y nos obligan a actuar de otra forma», afirmó Borne en el discurso de presentación de su programa de Gobierno, en el que alertó del «deber de actuar» ante los retos políticos y económicos que plantea la guerra de Ucrania y la emergencia climática. Esto se pondrá a prueba con el primer proyecto de ley sobre el poder adquisitivo que se espera que salga de un Consejo de Ministros extraordinario hoy, y que entre otras cosas debe formalizar una subida de las pensiones y de las prestaciones sociales, además de diversas ayudas para las facturas de la energía.
Justo antes del inicio de su discurso, los cuatro partidos de la coalición de izquierda liderada por Jean-Luc Mélenchon presentaron una moción de censura contra el Gobierno que fue aceptada, pero que tiene poco recorrido ya que necesitaba de una imposible mayoría absoluta de 289 diputados para llevarla a cabo. Los Republicanos y el partido de Le Pen, Reagrupamiento Nacional, ya afirmaron que votarán en contra. A diferencia de muchos de sus predecesores, la primera ministra no se ha sometido a un voto de confianza tras exponer su método de gobierno, motivo principal por el que la coalición de izquierdas ha decidido presentar la moción de censura. «A falta de un voto de confianza, no tenemos más remedio que presentar esta moción», justifican los grupos de La Francia Insumisa, partido socialista, ecologistas ecologistas y comunistas en su texto entregado a la presidencia de la Asamblea Nacional. De entre los principales anuncios hechos por Borne en su discurso, destaca la intención del gobierno de hacerse con el control del 100% del capital social de la eléctrica EDF, Electricité de France. Durante la campaña para su reelección del pasado mes de marzo, el presidente francés, Emmanuel Macron, había defendido la nacionalización de la compañía para reforzar la independencia energética francesa y su ambición de cero emisiones mediante la construcción de nuevas plantas nucleares. Actualmente el Estado controla el 84% de la eléctrica.
A pesar de que el Ejecutivo no tiene una mayoría clara, Borne ha anunciado entre ruidosos abucheos de la oposición que se mantiene el plan gubernamental de reforma de las pensiones que incluirá retrasar la edad de jubilación, aunque no ha precisado una cifra concreta. Además, y entre otras reformas y promesas como que no se subirán los impuestos, ha recalcado que hay que ajustar progresivamente las cuentas públicas, de forma que en 2026 comience a bajar la deuda y en 2027 el déficit caiga por debajo del nivel del 3 por ciento del PIB. Borne también advirtió de que la situación económica «se ha ensombrecido» en los últimos meses y que la pandemia «sigue aquí», pero insistió en pedir la cooperación con los grupos parlamentarios porque «el desorden y la inestabilidad» no son una opción.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ganó un segundo mandato en abril frente a Marine Le Pen, pero su alianza centrista perdió la mayoría absoluta en las elecciones legislativas de junio. Sin ningún pacto con otros partidos, Borne se enfrenta ahora a la perspectiva de complicadas y largas negociaciones en el parlamento galo. La jefa del Gobierno habló durante una hora y media ante los diputados casi dos meses después de su nombramiento en Matignon, y dos días después de la reorganización. Borne inaugura la legislatura que se antoja complicada por motivos internos, falta de mayoría, y externos la inflación y la guerra de Ucrania.
Mélenchon presenta una moción de censura contra la primera ministra que tiene pocas opciones