Nueva cruzada: diez cristianos asesinados al día en Nigeria
► La expansión del yihadismo y la circulación de las armas son factores clave en la violencia sectaria que azota el país
Nigeria se despeña por un precipicio: el de la violencia contra los cristianos. Tres hombres asesinados el pasado domingo en Kajaru. Cuarenta fieles acribillados a balazos el 5 de junio en una iglesia de Ondo. Cincuenta inocentes muertos de igual manera en el Estado de Kaduna el pasado 24 de marzo y 100 secuestrados en Giwa ese mismo día. Los asesinatos se exitienden entre la población civil, 896 civiles murieron durante el primer cuatrimestre de 2022, los miembros de las fuerzas de seguridad nigerianas sufrieron 134 bajas. Otro golpe. El que pronto será el presidente saliente de la nación, Muhammadu Buhari, hizo una triste aparición televisiva el pasado 12 de junio. En ella reconocía públicamente que no había sido capaz de cumplir con los objetivos que prometió al electorado en 2015, cuando recién fue elegido, y llegó a añadir que había visto cosas «capaces de destruir a naciones enteras». Uno de los alicientes de esta siciaron tuación no solo es el fundamentalismo islámico, sino también la magnitud de armas que circulan actualmente por Nigeria. Desde 1999, sus leyes permiten portar «armas de caza» a los mayores de 18 años mentalmente sanos y con el expediente criminal a cero, sin que haya necesidad de examinarse para conseguir el permiso. Sin embargo, la mayoría de las armas se siguen poseyendo de forma ilegal en el país, donde se presume que la población tiene más armas que la Policía. Solo el pasado 15 de abril, los medios locales anunque anunque se habían requisado en el Estado de Plateau más de 500 armas de fuego entre unas pocas Kalashnikov, escopetas de caza pertenecientes a generaciones pasadas, pistolas y revólveres de alguna guerra vieja... y un creciente número de armas caseras cuya letalidad puede llegar a ser bidireccional.
La cuestión yihadista dirige la irresponsabilidad hacia los ataques contra cristianos. Aunque se tienen registros de violencia sectaria contra cristianos de la etnia igbo en la década de 1950, no fue hasta la creación de Boko Haram en 2002 que el yihadismo armado se extendió poco a poco por el norte y el noreste del país, y luego hacia el centro. No solo en forma de otros grupos como el Estado Islámico de África Occidental, o la Yihad Fulani que opera en el centro, sino también radicalizando las ideas de los sujetos más vulnerables. Los grupos fundamentalistas e islámicos han sabido canalizar las frustraciones de etnias minoritarias para volcarlas en forma de violencia sobre otras etnias o religiones. Bastan tres o cuatro jóvenes concienciados para organizar un comando religioso operativo.
Históricamente, los ataques a cristianos se suceden en el centro y el norte del país por ser zonas de dominación musulmana, donde las mayores concentraciones de cristianos se encuentran en los Estados del sur. Lo preocupante de los últimos ataques a iglesias es que varios se han producido en el sur del país, una zona cristiana y relativamente segura. La Yihad Fulani ha extendido su área de influencia en los años pasados, buscando recrear el viejo reino que poseyó esta etnia durante el medievo, entre que Boko Haram y sus filiales parecen indestructibles. Recordemos que un 45% de los nigerianos son cristianos, frente a un 53% perteneciente a la religión musulmana. Recordemos que treinta clérigos han sido asesinados desde 2015 y que cinco millones de cristianos celebraron la Navidad desplazados dentro de Nigeria. Se calcula que han ardido más de 2.000 centros religiosos.