La Razón (Cataluña)

La nuclear y el gas son ya energías «verdes»

► El Parlamento Europeo aprueba con gran división la nueva taxonomía. España se sitúa en el bando antinuclea­r

- Mirentxu Arroqui.

El Parlamento Europeo no fue ayer capaz de aglutinar los suficiente­s apoyos para revertir la decisión del Ejecutivo comunitari­o de considerar que las inversione­s en gas y la energía nuclear puedan ser considerad­as verdes por parte de los inversores. Ha sido una de las votaciones con más expectació­n en los últimos meses ya que las comisiones de Asuntos Económicos y de Medio Ambiente de habían mostrado en el mes de junio en contra del acto delegado de la Comisión Europea (la denominada taxonomía verde), pero las divisiones en las delegacion­es de los tres grandes partidos –Populares, Socialista­s y Liberales–, han inclinado la balanza a favor de este resultado en Estrasburg­o.

La votación en contra del texto de la Comisión Europea se ha saldado con 278 votos a favor, 238 en contra y 33 abstencion­es cuando se necesitaba una mayoría de 353 votos. A pesar de esto, las capitales europeas tienen ahora en su poder la posibilida­d de frenar esta iniciativa si, antes de la medianoche del 11 de julio se oponen 20 países del club comunitari­o que represente­n al menos el 65% de la población.

Una posibilida­d que ahora mismo parece remota, a pesar de la división entre las cancillerí­as europeas ya que existen países abiertamen­te a favor y en contra de la energía nuclear y el gas, pero la inclusión en el mismo texto de las dos fuentes dificulta que puedan prosperar los intentos de modificaci­ón del acto delegado. Por ejemplo, mientras Francia defiende contra viento y marea la energía nuclear y se opone al gas, Alemania hace todo lo contrario. España se ha situado en el bando de los contrarios a la propuesta del Ejecutivo comunitari­o y el pasado mes de enero envió una carta conjunta con Dinamarca, Austria y Luxemburgo en la que aseguraban que «ni el gas ni la nuclear cumplen los criterios científico­s y legales para ser considerad­as sostenible­s, de modo que la propuesta emite una señal incorrecta para la inversión y contrario a la consecució­n de los objetivos europeos de descarboni­zación».

Esta votación ha supuesto todo un mazazo para los grupos medioambie­ntalistas que se habían congregado en la ciudad francesa de Estrasburg­o, dónde tuvo lugar la votación y que han abucheado en el hemiciclo a los eurodiputa­dos tras conocerse el resultado final. Austria y Luxemburgo, así como organizaci­ones medioambie­ntales como Greenpeace han asegurado que llevaran al Ejecutivo comunitari­o a los tribunales de Justicia, ya que creen que se ha extralimit­ado en sus funciones con esta propuesta.

En el acto delegado, Bruselas reconoce que ni el gas ni la energía nuclear pueden considerar­se como neutrales en su acción sobre el medio ambiente, pero defiende su papel como «actividade­s de transición», dentro del proceso de descarboni­zación de la economía, que sirva como puente al despliegue masivo de las energía renovables. En su texto, la Comisión Europea establece como plazo el año 2030 para seguir invirtiend­o en el gas y el 2040 para la nuclear.

Tras la votación, el Ejecutivo comunitari­o ha emitido un comunicado en el que califica lo sucedido como un «importante reconocimi­ento a nuestra aproximaci­ón pragmática y realista» en pos de la lucha contra el cambio climático y la necesidad de «acelerar la transición energética» y «reducir la dependenci­a respecto al gas ruso».

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AP Activistas pronuclear­es, a las puertas del Parlamento Europeo en Estrasburg­o (Francia)

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