«Los árabes»: 3.000 años de una epopeya fascinante
► Tim Mackintosh-Smith proporciona una visión de conjunto del auge, el estancamiento, la caída y la resurrección del mundo árabe
La epopeya histórica de los árabes es una de las más fascinantes de la humanidad. Y su amplia e inconfundible comunidad sociopolítica e ideológica, que se remonta más allá de la Hégira de Mahoma, ha sido una de las más influyentes en la historia de la cultura. La peculiaridad del mundo árabe es que su nación cultural, que ya lleva una odisea trimilenaria sobre nuestro planeta, ha dejado una huella indeleble en la historia de la cultura sin estar basado en ningún Estado o territorio fijo.
Sus raíces, identidad y potencia cultural y sociopolítica están claramente basados en algo mucho más evanescente pero a la par poderoso sobremanera: la lengua. Es una maravilla, una lengua única: el árabe, dúctil, rico, retórico, poético, filosófico y científico, un auténtico auténtico cosmos vivo en sus hablantes y cultivadores que ha dado algunas de las cumbres de la creación humana. Mucho más que el libro sagrado revelado a Mahoma, es precisamente la lengua, como arguye este apasionante libro, la que define el mundo árabe, cuyos orígenes cabe rastrear a través de los milenios y que es usada por más de 1.000 millones de personas que la tienen como lengua propia de prestigio, cultura y liturgia. Tim Mackintosh-Smith nos proporciona una visión de conjunto del auge, el estancamiento, la caída y la resurrección del mundo árabe en la historia universal. Está escrito de forma amena y personal, con la pasión de un buen conocedor del mundo árabe que vive en él y que a la vez lo mira con la necesaria distancia, académica y cultural.
La mirada limpia
Su autor, conocido arabista, ha vivido media vida en la Arabia feliz, hoy tan azacaneada por conflictos incesantes. Y, a la par, posee esa mirada limpia del historiador clásico que habla de la otredad –de un Heródoto, por ejemplo–, para enjuiciar la peripecia histórica del mundo árabe con sensibilidad, comprensión de lo propio y lo ajeno, y pretensión de equilibrio. Ni que decir tiene que nos toca muy de cerca esta historia. Todos los españoles deberíamos aprender griego, latín y árabe para entender mejor nuestra propia alma. Pero, si no nos es posible acceder a la lengua, al menos seamos conscientes del legado. Gracias a libros como este podemos hacerlo.
▲ Lo mejor
Altamente recomendable para entender la deuda que tenemos con los árabes
▼ Lo peor
La selección de imágenes es algo parcial y provocadora, pero faltan imágenes fundamentales