Desobediencia y usurpación, el órdago de Borràs con el voto de Puig
► El desacato independentista en el Parlament al pactar el registro de su voto anulado por el TC expone a Junts, ERC y la CUP
LauraLaura Borràs cierra una semana negra con otra polémica a sus espaldas: el registro del voto delegado de Lluís Puig (Junts), anulado por el Constitucional al encontrarse huido huido a Bélgica, ha destapado una nueva caja de los truenos y ha llevado al independentismo al borde de la desobediencia. En una reunión maratoniana el jueves por la noche, Junts, ERC y la CUP acordaron llegar «hasta el final», aceptar y registrar su voto en el pleno pese a la sentencia del Alto Tribunal y eximir a los funcionarios de cualquier responsabilidad.
El compromiso adquirido por la Mesa supone, en teoría, liberar a cualquier trabajador del Parlament de responsabilidad por la publicación de las actas en las que se recoja el voto delegado de Puig. De hecho, este fue el motivo por el que el miércoles no apareció reflejado el «sí» de Puig en el marcador electrónico de la cámara y a petición de los trabajadores de la institución.
Fuentes de la presidencia del Parlament indicaron que se trata de «una exención de responsabilidad para los funcionarios y una asunción» por parte de la Mesa, puesto que «las decisiones políticas las tienen que tomar los políticos y no los trabajadores». De hecho, lo letrados de la cámara ya han alertado de que si el reto se acaba consumando, los partidos independentistas (Junts, ERC y la CUP) con Laura Borràs a la cabeza podrían incurrir en dos delitos: desobediencia y usurpación, que implicarían penas de inhabilitación como mínimo. El PSC se opuso y abandonó la reunión antes de terminar, por lo que los dos miembros socialistas de la cámara están al margen.
Sea como fuere, lo cierto es que este nuevo desacato del independentismo no se verá hasta dentro de unos días e incluso unas semanas, cuando se publiquen en la página web del Parlament las actas del pleno de esta semana y se compruebe si aparece o no contabilizado el voto de Puig. La intención del independentismo es ir hasta el final y consumarlo, aunque en Junts, ERC y la CUP no aclaran cómo lo harán en un procedimiento algo alambicado que puede repetirse en numerosas ocasiones a lo largo de la legislatura. De hecho, las actas de las sesiones plenarias acostumbran a tardar «varios días o semanas» en ser publicadas.
Con este órgado, Borràs ha contentando a la CUP y trata de desviar el foco coincidiendo con su procesamiento por cuatro delitos de corrupción que la podrían apear de la presidencia del Parlament de abrirse juicio oral.
Sobre esta nueva polémica, el líder del PSC, Salvador Illa, verbalizó su «preocupación» por el «prestigio» y la «dignidad» de las instituciones tras la decisión de la Mesa del Parlament de ayer de mantener el voto delegado al diputado de Junts, Lluís Puig. «Es un momento complejo, se necesitan instituciones bien ordenadas, con prestigio, plurales, que funcionen correctamente», afirmó en declaraciones a la prensa antes de intervenir en la Escuela de Verano de Societat Civil Catalana (SCC) recogidas por Efe.
El reto no se consumará hasta que se publiquen las actas del pleno con el «sí» del exconsejero