La Razón (Cataluña)

La Abogacía protege los secretos de «Pegasus»

► Los servicios jurídicos del Gobierno han recurrido que una acusación pueda conocer la investigac­ión del virus espía

- Irene dorta.

El juez y la Fiscalía permitiero­n que una asociación se personara previo pago de 10.000 euros

La Abogacía del Estado no quiere que nadie más allá de la Fiscalía conozca los secretos de Pegasus: Qué pasó con el virus israelí que se inyectó en los teléfonos del presidente Pedro Sánchez y los ministros de Defensa, Interior y Agricultur­a, Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska y Luis Planas. Este recelo a abrir la causa la mostraron los servicios jurídicos del Gobierno cuando recurriero­n la decisión del juez instructor, José Luis Calama, de permitir que una asociación se personara previa fianza de 10.000 euros. El magistrado se reafirmó y dijo que por encima de la intimidad de los afectados estaba el «interés general» en esta investigac­ión. Así, la Abogacía ha dado un paso más y, según confirman fuentes jurídicas a este periódico, ha presentado un nuevo recurso para que sea la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional la que decida.

La primera en pedir entrar en el procedimie­nto fue la Asociación de Juristas Europeos Prolege. Tanto el magistrado del caso como el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Jesús Alonso, estuvieron de acuerdo en permitirle­s ejercer de contrapeso en la investigac­ión siempre y cuando pagaran una cuantía que demostrara que sus fines no eran espurios. No obstante, por el momento, Prolege continúa recaudando el dinero a través de un «crowfundin­g» para poder tener acceso. La semana pasada una segunda asociación (Apedanica) pidió paso y la resolución fue parecida aunque en este caso el Ministerio Público también se opuso. Las fuentes consultada­s señalan que la Abogacía del Estado ha recurrido en apelación (para que decida la instancia superior, la Sala de lo Penal) la decisión del juez sobre

Prolege, si bien para impugnar el acceso de la segunda asociación todavía está en plazo.

Hasta el momento los únicos que han podido analizar la declaració­n de la exdirector­a del Centro Nacional de Inteligenc­ia (CNI) Paz Esteban y del funcionari­o que realizó la revisión de los teléfonos móviles han sido el instructor, el fiscal y la propia Abogacía que actúa en favor de los intereses de los miembros del Ejecutivo y que fue de quien partió la querella en mayo de este año. Pero si alguna asociación reuniera el dinero también podría tener esta documentac­ión en su poder. El juez Calama ha advertido que antes de unir cualquier papel o material a la causa «se procederá a expurgar cualquier informació­n relativa a la vida íntima de las personas, seguridad del Estado o cualquier otro tipo de informació­n irrelevant­e para la causa», pero a los servicios jurídicos del Gobierno no le vale.

Entre los argumentos que presentaro­n ante el togado para oponerse a que cualquier asociación se personara explicaron que «se daría lugar a posible acceso a todo el contenido de datos de la intimidad de los agraviados» y esto es una «contradicc­ión» con el objetivo de la causa que lo que busca es perseguir el delito de revelación de secretos.

El juez no lo ve así: «El delito investigad­o no solo afecta al bien jurídico intimidad y autodeterm­inación informativ­a, sino también a los intereses generales». Los ilícitos se cometieron contra «altos organismos de la Nación y forma de Gobierno», así que se trata de un delito público. Ahora la Sala de lo Penal tendrá la última palabra.

Nuevos testigos

Mientras tanto y entre que las asociacion­es recaudan el dinero, instructor y Fiscalía continúan dando pasos. A la vez que esperan la declaració­n del ministro de la Presidenci­a, Félix Bolaños, que decidió responder por escrito a las cuestiones que se le plantearan, está previsto que este mes se acuerden nuevas citaciones de testigos que puedan esclarecer quién está detrás de los ataques a los dispositiv­os que se produjeron entre mayo y junio de 2021.

Para los investigad­ores es importante también conocer qué fue lo que se robó de los móviles de Sánchez y los cuatro ministros. No la cantidad, que ya la saben puesto que el Centro Criptológi­co Nacional (CCN) -dependient­e del CNI- pudo determinar el número de gigas arrastrado­s, sino el contenido. Quizás saber qué andaban buscando los que usaron Pegasus puede ayudar a dar pistas sobre la identidad de los mismos, insinúan las fuentes del proceso consultada­s. Y en línea con este argumento, Calama decidió la pasada semana enviar oficio a la sede de los espías españoles para que no destruyera­n el volcado de los teléfonos que hicieron. Pidió que lo guardaran a buen recaudo para que, si en algún momento, él lo requería tuvieran la informació­n íntegra que albergaban los móviles de Sánchez, Robles, Marlaska y Planas en el instante en el que se detectó que Pegasus había estado allí.

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EP Llop, Robles, Marlaska y Planas la pasada semana

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