La Razón (Cataluña)

Dembélé vuelve a Barcelona para quedarse

► El francés se negó a irse o renovar en enero, pero la guerra con el club va a terminar en dos años más de contrato

- J. M. Martín. MADRID

Podría parecer una renovación, pero en realidad Dembélé va a volver a fichar por el Barcelona. Su contrato terminó el 30 de junio y ha sido agente libre hasta que ha visto que ninguna puerta se le abría más allá de la oferta a la baja del que ya era su equipo. Un ofrecimien­to que tanto él como sus agentes se negaron a aceptar en los primeros meses de este año, convencido­s de que el club subiría la apuesta o que habría otros grandes de Europa dispuestos a pagar mucho por un futbolista­s determinan­te y por el que no era necesario abonar cláusula de rescisión. Ese panorama tan maravillos­o no lo debe haber tenido delante el jugador francés, que el domingo regresaba a Barcelona cargado de un montón de maletas y bolsas que no significab­an otra cosa que volvía para quedarse.

Dembélé va a firmar por dos temporadas con el que ya era su equipo, después de cinco campañas en las que ha estado casi el mismo tiempo lesionado que disponible para los técnicos. Ha jugado 150 partidos con la camiseta del Barcelona y se ha perdido otros 102 por lesión según la página web «Transferma­rkt». Ha estado 695 días baja en un calvario que empezó casi nada más llegar al final del mercado de verano de 2017.

En el minuto 28 de su tercer encuentro con el Barcelona, ante el Getafe, intentó un taconazo para evitar que un balón se fuese fuera y ahí se hizo la primera de sus muchas lesiones musculares. Iba encadenand­o una tras otra mientras se buscaban razones en sus malos hábitos de alimentaci­ón o las muchas horas que pasaba sentado jugando a la «Play». Tampoco la puntualida­d era su fuerte y llegó tarde a varios entrenamie­ntos. Pecados propios de un futbolista que aterrizó en el Barcelona con 20 años y en el que pesa más su capacidad para desequilib­rar defensas. Es rápido y puede jugar por las dos bandas, porque dispara igual de bien con la pierna derecha que con la izquierda. Pertenece a ese selecto grupo de futbolista­s que puede cambiar partidos y ganarlos prácticame­nte solo, y por eso el Barcelona ha apostado por él dentro de las posibilida­des económicas que tiene ahora mismo. Y eso que la guerra fue abierta en enero cuando el Barcelona quería venderlo para sacar algo de dinero por él cuando tenían claro que el plan del extremo era irse gratis y llevarse él la prima de fichaje.

Con el tiempo todo se calmó y de hecho Xavi quiere al francés y al brasileño Rapinha, que podría llegar en una semana, cuando el Barcelona tenga «cash», y ya le ha dicho a Memphis Depay que no cuenta con él y que puede buscarse una salida.

El delantero neerlandés fue uno de los internacio­nales que faltaban por incorporar­se y que ayer se pusieron a las órdenes de Xavi. También regresó Frenkie De Jong, dispuesto a quedarse a pesar de los rumores de que su venta sería necesaria para cuadrar el «fair play financiero». El técnico azulgrana ya tiene a todos a sus órdenes a la espera de caras nuevas (Lewandowsk­i) y alguna conocida: la de Ousmane Dembélé.

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EFE Ousmane Dembélé, en un partido con el Barcelona

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