Junts ridiculiza la mesa de Sánchez y Aragonès y da por terminado el diálogo
► Turull compara el foro con un grupo de Whatsapp y los posconvergentes agitan un nuevo desafío, aunque sin fijar plazos
JuntsJunts celebra este fin de semana la segunda parte de un congreso que ha encumbrado a Laura Borràs como nueva lideresa y que debe servir para fijar el rumbo político de la formación posconvergente posconvergente en esta nueva etapa. Un cónclave que ha coincidido con dos importantes noticias que pueden condicionar su futuro más inmediato: la reanudación oficial del diálogo entre la Generalitat y el Gobierno y la petición de seis años de cárcel a Borràs por corrupción.
Sobre el primer aspecto, el deshielo entre la Moncloa y el Govern oficializado este viernes por Pedro Sánchez y Pere Aragonès, Junts es tajante: ni está ni se le espera en la mesa de negociación convocada para la última semana de julio. Así lo votaron en la ponencia política del partido –en la que dan por «terminada» la mesa y llaman a un nuevo desafío a partir del quinto aniversario del 1-O, aunque no fijan plazos ni concreciones– y así de claro lo dejaron tanto la propia presidenta del Parlament y del partido posconvergente como el secretario general, Jordi Turull. «Esta mesa sirve para quedar, quedan para volver a quedar». «Más que una mesa, que creen un grupo de Whatsapp que es lo que hacen la mayoría de mortales para encontrarse», clamó Turull.
El ex consejero basó todo su discurso en una idea: Sánchez usa la mesa para asegurarse el apoyo de Esquerra en el Congreso y así poder agotar la legislatura, algo que a su juicio no beneficia los intereses independentistas. Y aquí marcó distancias con los republicanos y aseguró que los posconvergentes no se dejarán «arrastrar por cantos de sirena interesados y envenenados» del PSOE.
«Para hacer de socorristas de un naufragio electoral y político del PSOE, que se busquen otros socorristas». «Ya conocemos a Pedro Sánchez, que para salvar la Moncloa es capaz de ahogar a Cataluña», abundó.
La encargada de abrir el congreso fue la presidenta de Juntsy del Parlament, quien centró su discurso en la misma línea de rechazo constante al diálogo. Borràs, eso sí, aprovechó los focos para volver a criticar su situación ante la justicia, que ella misma define como «persecución política» contra el independentismo pese a tratarse de una investigación por corrupción en su etapa anterior.
«En un mes y medio hemos vivido que la agenda del reencuentro y la concordia es la agenda de la judicialización creciente de las circunstancias de nuestra vida política. Esto sólo quiere llevar a la parálisis, a la anestesia y a la rendición», avisó la presidenta del partido. La dirigente denunció que la «represión» que sufre el movimiento independentista es «una estructura del Estado español» e hizo un llamamiento a «prestigiar» el Parlament que ella preside, un mensaje directo a ERC, que amenaza con dejarla caer y apoye su suspensión cuando se decrete la apertura de juicio oral. Junts acordó ayer mantener una posible consulta a la militancia sobre el acuerdo de Govern con ERC y blindar a Borràs para que no tenga que dejar el partido por su causa ante la justicia.
El partido abre la puerta a consultar a las bases seguir en el blinda Govern a con su lideresa ERC y