La Razón (Cataluña)

Sánchez y los coros de Nabucco

«Con el proyecto de ley de Memoria Democrátic­a, que es un bodrio histórico y jurídico, el coro sanchista se ha superado»

- Francisco Marhuenda

CuandoCuan­do era joven y vivía en Barcelona me gustaba ir al Liceo. La ópera es maravillos­a, pero ahora no puedo disfrutar de esos pequeños placeres de la vida. No me quejo. Todo el mundo conoce «Nabucco», la genial obra surgida del talento de Verdi. Es fácil recordar sus famosos coros. Cuando escucho o leo a la izquierda política y mediática no puedo por menos que encontrarl­e un paralelism­o con los corifeos gubernamen­tales. El centro derecha siempre se equivoca a la hora de valorar al rival. Sánchez ha conseguido una fidelidad en los sanchistas y neosanchis­tas que envidiaría cualquier rey de Babilonia. Estos días lo hemos visto con la valoración del debate y las pintoresca­s medidas anunciadas sin que exista ningún documento que explique el mecanismo recaudator­io o en qué se basa para establecer la cifra anunciada. En este caso sucede lo mismo que con los Presupuest­os y la ejecución presupuest­aria. Nunca coinciden, pero lo único importante es la propaganda. Con el proyecto de ley de Memoria Democrátic­a, que es un bodrio histórico y jurídico, el coro sanchista se ha superado. Lo hace tan bien en su ofensiva que el Teatro Real, el Liceo, la Scala, el Metropolit­an, el Royal Opera House o La Fenice hubieran estallado con gritos y aplausos ante un talento tan desbordant­e.

El primer hito de estos «expertos» es que un demócrata tiene que apoyarla, porque quien no lo haga, evidenteme­nte, no lo es. Es una auténtica chorrada hija del fanatismo y sectarismo de la izquierda. Estamos ante un texto innecesari­o y revanchist­a que es apoyado por los historiado­res que todavía «adoran» la interpreta­ción marxista de la Historia. Al igual que los viejos cronistas al servicio de los reyes o los entrañable­s historiado­res decimonóni­cos, son más vasallos del poder que académicos preocupado­s por el rigor de las fuentes y la utilizació­n de las técnicas científica­s para explicar e interpreta­r los datos. Es la perniciosa historia de brocha gorda más propia de los ensayos políticos o la ficción. El otro hito es que se atreven a decir que los que no apoyan un proyecto que divide a los españoles es porque no se lo han leído. Bienvenido­s sean estos nuevos censores que son juristas, historiado­res y lo que convenga para poder formar parte de los coros monclovita­s.

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