En mayo de 2023
La alcaldesa presiona para tener los datos en septiembre y aplicar los recortes El Govern pisa el freno y recuerda la ralentización económica que se prevé para otoño
40.000 pasajeros al mes, así que proponemos una reducción del número de cruceristas, por ejemplo, a 10.000 al mes, aunque no es una cifra cerrada», avisó Colau sobre las propuestas planteadas. Según las cifras que desgranó, se pueden superar los 20.000 cruceristas en los llamados «días rojos», un término que hace referencia a las fechas en las que Puerto de Barcelona espera una llegada de turistas muy elevada.
«La idea es tener todos estos datos de cara al próximo mes de septiembre, para empezar a actuar, si es preciso, en mayo de 2023», explicó Colau, aunque el Secretario de Territorio y Movilidad de la Generalitat, Isidre Gavín, frenó las prisas y aseguró que en setiembre de este año «los expertos esperan una relentización de la actividad económica, un aspecto a tener en cuenta antes de tomar medidas».
En esta primera reunión se ha acordado establecer un grupo de trabajo para «actualizar y consensuar» los datos del sector, que empezará a desarrollarse en septiembre, y no se ha pactado ninguna medida en concreto para limitar los cruceros y cruceristas que llegan a la ciudad.
La apuesta de la ex activista siempre ha sido copiar el modelo balear y limitar la llegada de grandes buques a la capital catalana, una exigencia que formalizó a finales de mayo en una carta dirigida al Govern de ERC y Junts la semana pasada. En junio, Colau forzó a la Generalitat a abordar la limitación de cruceros en una mesa de trabajo específica que ambas partes han constituido junto al Puerto este lunes. Así se acordó en el marco de la reunión de la comisión mixta Ayuntamiento-Generalitat en el Consistorio barcelonés.
Ante las propuestas del Ayuntamiento y en concreto la de limitar a tres los cruceros diarios, Calvet advirtió que son cifras que no puede compartir porque conambiental sidera que no es el modelo a seguir: «Lo más útil para regular la actividad de cruceros es limitar el número de terminales».
En ese sentido, el presidente del Puerto recordó el acuerdo al que llegaron en 2018 el consistorio y la administración portuaria para concentrar las terminales de cruceros en el Moll Adossat para alejarlos del centro de la ciudad.
En el Govern tampoco hay una posición unánime sobre qué hacer con los cruceros, especialmente con aquellos que apenas están unas horas en la capital catalana. Cabe recordar que el propio Calvet fue consejero de Territorio de Junts en la anterior legislatura. En ERC, por su parte, apuestan por aumentar la fiscalidad y el Ejecutivo ultima una nueva tasa a los cruceros. Así lo confirmó hace un mesla propia consellera de Acción Climática, la republicana Teresa Jordà quien ha asegurado que el Govern está ultimando los trabajos del impuesto para cruceros que atraquen en el Puerto de Barcelona. La Generalitat trabaja con la idea de que el dinero recaudado se destinará a «políticas de prevención y mejora de la calidad atmosférica». En este sentido, el Govern aprobó en noviembre del año pasado, de 2021 la memoria preliminar de la ley de que regulará este impuesto.