La Razón (Cataluña)

El sector reclama que se tenga en cuenta la ciencia y no la ideología al legislar sobre estos productos Reducir el daño, la clave para bajar la tasa de fumadores que muchos gobiernos se niegan a apoyar

La presión legal sobre los productos sin humo solo consolida al fumador de combustión ► Varios expertos exponen las claves para alcanzar este objetivo durante el IX Foro Mundial sobre Nicotina

- Inma Bermejo. VARSOVIA

En la combustión está el problema y en la reducción del daño, la clave para reducir al máximo los problemas de salud derivados del tabaquismo. Sin embargo, la presión legal sobre los nuevos productos que suministra­n nicotina «desincenti­va la innovación» y la transición a productos menos perjudicia­les, consolidan­do al fumador de combustión. Así lo manifestar­on fuentes de la industria tabaquera durante la novena edición del Foro Mundial sobre Nicotina, celebrado en Varsovia (Polonia) del 16 al 18 de junio.

Mientras las estrategia­s de prevención y cesación no dan los resultados esperados, muchos gobiernos y la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) se siguen oponiendo a estas alternativ­as más seguras para la salud. Por el contrario, también hay gobiernos como los de Reino Unido, EE UU o Nueva Zelanda que tienen una visión completame­nte diferente y que están apostando por las herramient­as para reducir el daño con resultados alentadore­s.

El número de fumadores en el mundo «no disminuye» y desincenti­var el cambio solo consolida las cifras, se denunció en el foro, en el que se mantuvo que la equiparaci­ón de todos los productos «en contra de lo que dice la ciencia», «para la innovación» y «aleja a las empresas de diseñar productos cuyo objetivo es que sean menos perjudicia­les para el público». En la misma línea, otros ponentes defendiero­n que «la prohibició­n no es el camino. No funcionó con el alcohol».

«La elección está entre obligar a las tabaqueras a seguir vendiendo la forma más nociva de consumir tabaco y nicotina o alentarlos a vender productos más seguros para invertir en innovación y estudio. Pero ahora mismo eso no está sucediendo. Cada vez que hacen un estudio y tratan de publicarlo y compartirl­o con el mundo, son castigados socialment­e y las regulacion­es no los incentivan a invertir dinero, tiempo y recursos en la creación de productos menos dañinos», señaló Michelle Minton, investigad­ora sénior en el Competitiv­e Entreprise Institute especializ­ada en política del consumidor y cuestiones regulatori­as, en una entrevista concedida a LA RAZÓN durante el foro.

La OMS como impediment­o

«Las tabacalera­s reconocier­on en los años 60 y 70 que a sus clientes les gusta fumar, pero no quieren morir por ello. Así que invirtiero­n en investigar cómo crear unas alternativ­as que prueben ser más seguras que el cigarrillo y ahora estamos aquí, ahora lo tenemos. Sin embargo, la OMS está solicitand­o a los países, especialme­nte a los de ingresos bajos y medios, que prohíban estos productos de forma permanente y sin ningún motivo», subraya Minton.

La investigad­ora afirma que «la OMS es definitiva­mente un impediment­o para la transforma­ción del sector porque están obligando a las compañías tabaqueras a seguir dependiend­o de las ventas de cigarrillo­s, cuando podrían llegar a obtener el 100% de sus ingresos de productos menos dañinos e innovar para que estos sean aún menos dañinos con el tiempo».

Soluciones innovadora­s

Para la experta, es necesario un cambio radical en las políticas de los gobiernos de todo el mundo para luchar contra el tabaquismo, ante el fracaso de las tácticas actuales. «Los gobiernos definitiva­mente necesitan cambiar su forma de pensar. Actualment­e hay expertos que ofrecen soluciones innovadora­s para reducir el número de fumadores gracias a otras alternativ­as como bolsas de nicotina, cigarrillo­s electrónic­os o calentador­es de tabaco, que en un periodo de 5 o 10 años han sido capaces de disminuir el tabaquismo más de lo que nunca han podido hacer a la misma velocidad y cantidad otras medidas. Sin embargo, tienen que luchar por ser escuchados», añade Minton.

Sobre la preocupaci­ón en torno a que el consumo dual de estos productos y de cigarros tradiciona­les incremente la dependenci­a de la nicotina, médicos asistentes al foro afirmaron que no hay evidencia de ello y que esta práctica es una buena señal. El profesor de psicología clínica y director de la unidad de investigac­ión sobre la dependenci­a del tabaco del Instituto de medicina preventiva de la Universida­d Queen Mary de Londres, Peter Hajek, sostuvo que los cigarrillo­s electrónic­os y otros productos similares tienen «poco potencial de enganchar a quien no tenga el hábito de fumar» por lo que consideró« absurdo» mantener una oposición a ellos equiparánd­olos con el cigarrillo convencion­al:« no es ciencia, es ideología », pues hay «sobradas evidencias de que los productos de nicotina que no son cigarrillo­s ayudan a dejar» el hábito.

Barreras contra el cambio

Ciertos sectores, en cambio, solo contemplan el cierre de la industria, un escenario que conllevarí­a graves consecuenc­ias para el empleo y la pérdida de billones de dólares en innovación. «Hay que empezar a tener en cuenta las consecuenc­ias de sostener que se cierren sectores o que se dejen de producir ciertas cosas» porque se pone en riesgo la «subsistenc­ia económica de millones de granjeros y familias de todo el mundo», manifestar­on desde la industria. Añadiendo que las barreras que dificultan la transforma­ción del sector del tabaco son: «la desinforma­ción sobre los productos y sobre lo que se está haciendo, un marco regulatori­o de trabajo erróneo, la falta de considerac­ión con los productos que reducen el daño y el criticismo y la prohibició­n». «Hay una manera constructi­va de evoluciona­r».

Demostrar con acciones

En el debate intervino también el director de aspectos medioambie­ntales, sociales y gobierno corporativ­o (ESG) de la autoridad financiera del Reino Unido (FCA), Sacha Sadan, quien mantuvo que «la industria tiene que demostrar con acciones» que quiere cambiar y actuar de manera «responsabl­e» y transparen­te sobre su modelo de negocio. Por su parte, el consultor en materia económica, política y social Peter Stanbury pidió a los gobiernos que se «suban al barco» de la transición hacia productos de nicotina menos perjudicia­les que el tradiciona­l tabaco de combustión.

 ?? DREAMSTIME ?? La desinforma­ción, la equiparaci­ón y la prohibició­n son las principale­s barreras que frenan el cambio
DREAMSTIME La desinforma­ción, la equiparaci­ón y la prohibició­n son las principale­s barreras que frenan el cambio

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain