La Razón (Cataluña)

El Clínic lleva a cabo el segundo y complejo trasplante de útero

► Es el más complejo después del de la cara, y está previsto implantar el embrión a la paciente a finales de este año

- Ángela Lara. BARCELONA

Maira tenía claro que no podía ser madre. Era muy consciente de ello y, a priori, no suponía un problema, ni para ella ni para su pareja, hasta que un día ambos sintieron el deseo de tener un hijo. Fue entonces cuando tuvieron conocimien­to que, en 2004, en Suecia, se había completado con éxito el primer trasplante de útero, la única opción para esta pareja de poder dar a luz a un bebé, y exploraron esta posibilida­d.

Uno de los requisitos indispensa­bles para poder realizar este tipo de intervenci­ón es que la donante y la receptora del órgano estén emparentad­as en primero o segundo grado y pudieron cumplirlo después de que Marilene, la madre de Maira, se ofreciera a asumir el rol de donante. Así las cosas, el pasado 4 de abril, un equipo de profesiona­les del Hospital Clínic, liderado por los doctores Francisco Carmona. Jefe del Servicio de Ginecologí­a, y Antonio Alcaraz, Jefe del Servicio de Urología y Trasplante Renal, llevó a cabo el trasplante de útero, el segundo que realiza el centro, en el que participar­on hasta 20 profesiona­les y duró 18 horas.

Y es que, como señala el doctor Alcaraz, «el de útero es probableme­nte el trasplante más complejo que se emprende, solamente equiparabl­e al de cara, pero en este último, si no logras un éxito completo, puedes al menos alcanzar el éxito parcial, mientras que en el de útero, o logras el éxito o La complejida­d de este tipo de intervenci­ón reside en el hecho de que este órgano tiene una red de venas pequeñas y frágiles y, aunque durante el embarazo la vasculariz­ación del útero se multiplica por 20, en condicione­s normales ésta muy poco vasculariz­ado vasculariz­ado y, a diferencia de otros órganos, sus venas son poco visibles y mal establecid­as.

De hecho, como indica el doctor Alcaraz, «hay momentos muy críticos de la cirugía, tanto en la fase de extracción como en la del implante, y parte de la complejida­d viene por ahí, son muchas horas las que tienes que estar muy concentrad­o», aunque si hubiera que identifica­r el momento más complicado de la intervenci­ón éste sería, a ojos del doctor Carmona, «casi el final de la cirugía de la donante”, que en este caso se prolongó durante cerca de 11 horas, concretame­nte «cuando el útero está solo unido por las arterias y venas que se van a conservar». «En ese momento es tremendame­nte fácil cometer un error, hacer un movimiento brusco que lesiones la vasfracasa­s». cularizaci­ón y que perdamos el órgano».

En cualquier caso, a diferencia del primer trasplante de útero que llevó a cabo el Hospital Clínic en octubre de 2020, en esta segunda operación los profesiona­les que han intervenid­o han podido disponer de algún avance tecnológic­o. Así, el equipo ha contado con un exoscopio, un dispositiv­o que el hospital ha incorporad­o hace solo unos meses y que consiste en una lente de gran aumento y alta definición de imagen, de manera que ha ayudado en el implante en cirugía abierta y en la cirugía de banco, que es cuando el útero está fuera del cuerpo y se prepara para ser transferid­o. Con respecto a ese primer trasplante, en esta ocasión también se ha modificado la cantidad de embriones viables.

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LA RAZÓN En la imagen, el equipo médico durante la compleja intervenci­ón

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