Si se extingue una especie, otras correrán peligro, pudiendo iniciar una reacción en cadena La clave para evitar la extinción de las aves
Un estudio sobre el estornino de Bali podría ayudar a elegir qué ejemplares tendrán más éxito al liberarlos en un entorno silvestre
SiSi tu hija de dos años se niega a probar alimentos nuevos, no es ni mucho menos la única. La neofobia, o rechazo a lo nuevo, es un fenómeno bien conocido en edades tempranas y hay un amplio surtido de investigaciones que analizan las implicaciones negativas que puede tener para la dieta. Sin embargo, un reciente estudio pone el foco en la neofobia del estornino de Bali, un ave en peligro crítico de extinción. Entender su reacción a la novedad, tanto en la comida como en otros ámbitos, podría ser crucial para proteger a la especie.
Quedan menos de 50 ejemplares del estornino de Bali (Leucopsar rothschildi) en estado silvestre. Como sugiere su nombre, vive en Indonesia, en la isla de Bali y otras de alrededor. Es la única especie vertebrada endémica de la isla, y también su animal emblemático. Mide hasta 25 centímetros, es casi totalmente blanco con las puntas de la cola y de las alas negras, y en la cabeza tiene una cresta de plumas blancas.
Ambos sexos son prácticamente iguales. A pesar de ser tan singular, no ha atraído tanta investigación científica como cabría esperar, y el conocimiento que se tiene procede principalmente de los ejemplares en cautividad.
Pero donde este estornino no ha pasado desapercibido es en el comercio de aves enjauladas. En Bali existe un importante mercado, y la rareza de esta especie incrementa su valor económico. Por eso la caza furtiva del estornino de Bali sigue en auge. Además, al aumentar el turismo y triplicarse la población de la isla, el hábitat de este particular estornino se ve cada vez más perjudicado por las actividades humanas. Por eso, actualmente, la población silvestre se mantiene solo gracias a la liberación de ejemplares criados en cautividad, y existe un plan de protección que coordina a los zoológicos que albergan estos estorninos para maximizar la diversidad genética.
Todos estos esfuerzos tienen mucha más importancia, claro está, que la de preservar un animal estéticamente atractivo. Si se extingue una especie de animal o de planta, otras que dependan de ella correrán peligro, pudiendo iniciar una reacción en cadena que afecte a todo el planeta. Para preservar el agua y el aire que necesitamos para vivir, los medicamentos, los materiales de construcción o las fuentes de energía dependemos del equilibrio de los ecosistemas que forman la Tierra.
El estornino de Bali es una pieza más de este delicado puzle, y conocerlo de cerca podría ayudar a evitar su extinción.
El estudio se plantea cómo reaccionan estos estorninos ante nuevos objetos y tipos de comida como los que se pueden encontrar al pasar de un entorno de cautividad a uno silvestre. Además, evalúa su capacidad para resolver problemas sencillos. Para lograrlo, se examinaron 22 ejemplares de estornino de Bali procedentes de tres zoológicos británicos durante seis semanas.
Los resultados confirman una cierta neofobia en estas aves: tardaban más en tocar un alimento familiar cuando había un objeto desconocido al lado que cuando no lo había. Además, los adultos mostraron más reticencia a lo nuevo que los jóvenes. Sin embargo, la predisposición a interactuar con lo nuevo va asociada a una mayor capacidad para resolver problemas: los que se daban más prisa en tocar alimentos familiares cerca de objetos desconocidos realizaban tareas de resolución de problemas más rápido.
Crucial para la supervivencia
Esta asociación es solo un detalle de una tendencia más amplia: la flexibilidad de comportamiento es crucial para la supervivencia y adaptabilidad de cada individuo. Por eso el equipo investigador cree que entrenar a los estorninos antes de liberarlos o elegir a los individuos más flexibles para su liberación podría ser una estrategia eficaz para reintroducir esta especie amenazada a su hábitat natural. Liberar ejemplares jóvenes podría ser más beneficioso que hacerlo en edad adulta.
Además, comprender cómo reaccionan los individuos de una especie ante la novedad y cómo se enfrentan a nuevos problemas es una información vital para su conservación en un mundo cada vez más urbanizado. Por eso es clave que se pueda predecir cómo se adaptarán las especies a los cambios inducidos por el ser humano y cómo reaccionarán los ejemplares que se liberen al entorno silvestre. El estudio se enmarca en un proyecto más amplio que dirige la investigadora Rachael Miller de la Universidad Anglia Ruskin, donde pretende combinar la investigación sobre cognición y comportamiento de las aves con su conservación para contribuir a proteger a las especies amenazadas. Por eso el estudio se centra en el estornino de Bali, una especie en peligro crítico de extinción pero de la que existen casi 1.000 ejemplares en zoológicos de todo el mundo. Además, el equipo investigador espera que sus conclusiones ayuden no solo a este estornino sino también a muchas otras especies en riesgo de desaparecer.