Alcaraz vuelve a la tierra con un sufrido triunfo
► Tras la hierba de Wimbledon, el murciano juega en Hamburgo y tiene que remontar a Kuhn (3-6, 6-1 y 7-6 [7/3])
Carlos Alcaraz tiene 19 años y la energía propia de un chico de su edad. El calendario habitual de los jugadores más importantes suele indicar que tras la hierba de Wimbledon llega un descanso antes de regresar a la pista dura con los Masters 1.000 de Canadá, Cincinnati y, a finales de agosto, el US Open. Pero el murciano quiere jugar más y ha metido antes de todo eso dos torneos en tierra batida: Hamburgo y Umag. En este último defiende la corona del año pasado en el que supuso su primer triunfo en un torneo ATP.
En Alemania avanzó en su estreno con dificultades. Su reacción tuvo que ser rápida (victoria por 3-6, 6-1 y 7-6 [7/3]), porque el partido se le había complicado. Enfrente estaba Nicola Kuhn, no hace tanto promesa del tenis español, que ahora, todavía con sólo 22 años, juega como alemán. De Alemania Alemania es su padre y de Rusia su madre, pero desde los tres meses vivía en Torrevieja y se hizo español en 2016. En 2017 disputó la final de Roland Garros júnior. Esa progresión se cortó en parte porque llegaron las lesiones y desde 2021 Kuhn volvió a «ser» alemán. Es el 259 del mundo y está en Hamburgo con una invitación, pero no tardó en demostrarle al número seis mundial que debía llevar cuidado. Después de salvar tres pelotas de break, el germano logró él la rotura. Fallaba Alcaraz más de la cuenta, miraba a su palco y les preguntaba: «¿Por qué?».
Y su rival se le echaba encima desde el resto. Agresivo con ese primer golpe, cuando Carlitos caía en la pista después de hacer el servicio, la pelota ya había vuelto y no podía responder. Él, en cambio, no encontraba la manera y por eso el primer set se le escapó de forma incontestable. Se esperaba que el tenista que está impresionando al circuito esta temporada apareciera, y lo hizo en el segundo set, donde se vio por fin su derecha acelerada. Pero después regresó a las dudas. Kuhn, en el primer cara a cara de su vida ante un «top 10», recuperó el norte y volvió a hacer partido. Incluso lesionado en el muslo derecho y con la movilidad reducida, llegó hasta el tie break del tercero. Pidió la presencia del fisioterapeuta, que le trató y le vendó la zona dañada. A partir de ahí no quiso saber nada de los intercambios, jugó más bien a tiros, con mucho riesgo, y fue avanzando. A Carlos le costó centrarse. Tampoco es fácil medirse a un rival limitado. Se podía haber liado cuando se vio 5-4 y 6-5 abajo, pero no tembló con el servicio. Sacó adelante una jornada en la que en líneas generales no jugó nada bien. El español es el primer cabeza de serie de Hamburgo, pero las curvas no tardarán en llegar. Ya en octavos se mide al veterano serbio Krajinovic, que superó al argentino Baez, uno de los tenistas más en forma, que venía con ritmo después de jugar la final de Bastad. Hay un precedente entre Alcaraz y Krajinovic, en Umag hace un año, con victoria para el murciano por 7-6 (7/3), 2-6 y 6-1.
No falló tampoco el defensor del título, Pablo Carreño, en un debut muy cómodo contra el italiano Nardi (6-2 y 6-1).