El juicio a «Anboto» por un atentado de 1985 deberá repetirse
Ricardo Coarasa.
La Audiencia Nacional tendrá que juzgar de nuevo a Soledad Iparraguirre, «Anboto», por un atentado con coche-bomba en el complejo deportivo de Mendizorroza de Vitoria en mayo de 1985. El Tribunal Supremo anuló ayer la sentencia de la Audiencia Nacional que en marzo del pasado año absolvió a la exdirigente etarra y ordena repetir el juicio con otro tribunal, al considerar que los magistrados obviaron «con una argumentación no racional» la valoración de una prueba dactiloscópica realizada en 2019 que, según avisó la Fiscalía, «tenía un alto valor» probatorio al identificar las huellas de «Anboto» en el coche-bomba, como señaló en un voto particular contrario al fallo uno de los tres magistrados del tribunal, Fernando Andreu. Iparraguirre se sentó en el banquillo acusada de veinte asesinatos frustrados, atentado contra agentes de la autoridad y estragos.
El atentado no causó víctimas mortales puesto que, aunque los terroristas colocaron el coche-bomba frente a las taquillas del estadio (con intención de atentar contra los agentes del servicio de vigilancia con motivo del partido de fútbol entre el Alavés y el Lérida), la Policía lo localizó antes de que estallara y desactivaron el artefacto explosivo, pues habían tenido conocimiento de los dos vehículos que los etarras habían robado para cometer la acción criminal. Con esta resolución, de la que ha sido ponente el magistrado Antonio del Moral, la Sala Penal del Supremo estima el recurso de la Fiscalía, que cuestionó que la Audiencia Nacional no hubiese tenido en cuenta, al dictar sentencia, la prueba dactiloscópica sobre unas huellas de «Anboto» encontradas en uno de los vehículos robados. Para la Sala, ese dictamen resultaba contradictorio con otro informe anterior que concluyó que no había huellas.