Ni cortes de luz ni de gas
Opinión
PerdónPerdón por la autocita, pero, a principios de este mes, avisé de que la principal preocupación en Bruselas en política energética era el cierre del grifo del gas por Rusia y que los de la Comisión Europea preparaban un plan con dos ejes fundamentales. El primero, la creación de una plataforma de compras conjuntas de gas en el exterior. El segundo, la redacción de un plan de ahorro energético de cara al final de verano. Este último es el que se presentó ayer y pasa por reducir el 15 por ciento el consumo de gas entre el 1 de agosto y el 31 de marzo de 2023.
En principio, se trata de medidas voluntarias, que pueden volverse obligatorias si no se alcanza el citado objetivo. Una vez conocido el «papel», el Gobierno de Pedro Sánchez ha dicho que de eso nada y ha rechazado el plan de la Comisión Europea; Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, manifestó que «no es el más eficaz, ni el más eficiente ni el más justo».
Tras leer esto último tuve que pedir el frasco de las sales, porque no daba crédito: ¡la vicepresidenta española y encargada de la política energética hablando de eficacia, eficiencia y justicia! Increíble, pero cierto. En otro momento calificó lo que llegaba de Bruselas de «imposición». A continuación añadió lo que me parece más preocupante: en España, «pase lo que pase» no habrá cortes «de luz ni de gas». Estas afirmaciones en boca de un miembro del Gobierno como Teresa Ribera, que ha dado pruebas más que sobradas de eficacia, eficiencia y solvencia (es ironía), hace temer lo peor.
Una incongruencia más de este Gobierno, que acudió presuroso a la capital comunitaria a pedir una excepción en el precio del gas y que ahora asegura que, pase lo que pase, como nosotros no tenemos problemas en el suministro de gas, aquí no habrá que sufrir cortes.
Pero esta incongruencia no es la única a raíz de la guerra. La gran incongruencia viene de la Unión Europea y es la siguiente: por un lado, ayudamos a Ucrania con armas y apoyo económico para que se enfrente a Rusia y, por otro, ayudamos a Putin para que se financie su agresión en Ucrania, comprando su gas y petróleo, por ejemplo. ¿O no es así?