Un caso único de control de forma autónoma del VIH abre nuevas vías
► Una paciente de Barcelona ha sido capaz de mantener por sí sola el virus bajo control durante 15 años sin medicamentos
El grueso de los pacientes requieren de tratamiento antirretroviral de por vida
El SIDA sigue siendo a día de hoy una enfermedad incurable. Es cierto que ha habido dos casos, uno en Londres y otro en Berlín, de pacientes con enfermedad hematológica que, tras un trasplante de médula, han podido erradicar el virus y, por lo tanto, han alcanzado la curación absoluta, pero lo habitual es que una vez se ha detectado la infección, se consiga controlar el virus mediante el uso de antirretrovirales, que suprimen su replicación, pero no acaban con él, de manera que si se retirase el tratamiento, el VIH que permanece en el organismo en lo que se conoce como reservorio viral volvería a replicarse.
Eso suele ser lo que sucede habitualmente en los pacientes infectados, aunque existe una segunda excepción, los controladores de élite, quienes, pese a tener una serología positiva, logran controlar el virus por sí solos y, por lo tanto, evitan su replicación sin haber recibido nunca mediación ya que tienen factores genéticos asociados a este control.
Éstos son una minoría, ya que el grueso de los pacientes requieren de tratamiento antirretroviral de por vida para poder controlar el VIH, aunque en algunos casos, pocos, el paciente ha conseguido controlar el virus después de retirar la mediación tras tiempo de tratamiento, pero eso solo sucede durante unos meses o, como máximo, pocos años, ya que luego, el virus del reservorio, se replica de nuevo.
Sin embargo, esta semana, investigadores investigadores del Hospital Clínic IDIBAPS han presentado en la 24ª Conferencia Internacional sobre el SIDA, que se ha celebrado en Montreal, un nuevo caso excepcional, el de Barcelona, que corresponde al de una mujer que, tras ser diagnosticada en la fase aguda de la enfermedad, fue incluida en una ensayo clínico en el que, durante nueve meses, se administraba al paciente el tratamiento antirretroviral y también una serie de componentes inmunomoduladores, como el inmunosupresor inmunosupresor ciclosporina A, y ahora, quince años después de retirarle la medicación, mantiene al virus controlado de forma totalmente autónoma, con carga viral indetectable.
“La paciente no tiene factores genéticos clásicos asociados al control del VIH como los que tienen los controladores de élite y además presentó una primera infección grave durante la fase aguda, por lo que requirió hospitalización, algo que no es nada típico en los controladores de élite”, explica la doctora Núria Climent, investigadora del grupo ‘SIDA e infección por VIH’ de IDIBAPS, quien al respecto comenta que, en su momento, “se secuenció el virus y se vio que era un virus viable y que incluso se podía cultivar ‘in vitro’ y hacerlo revivir”.
Es más, durante los 15 años que la paciente ha logrado mantener controlado el VIH, se ha observado además una caída muy pronunciada y progresiva del número de virus en el reservorio, cosa que sugiere un control por parte de la respuesta inmune. Además, en el marco de las investigaciones desarrolladas para conocer el mecanismo por el que esta persona es capaz de controlar el virus de forma autónoma, se purificaron las células diana del VIH, que son los linfocitos CD4, y se vio que éstos se infectaban perfectamente, lo que podía indicar que no eran éstos los que tenían la restricción del virus y el bloqueo, sin embargo, cuando éstos se cultivaban en presencia de otras células de la sangre, entonces sí que existía la restricción viral.
“Eso hizo que pensásemos que el control venía por estas otras poblaciones de células diferentes a los CD4 y se hicieron ensayos de inhibición viral que demostraron que las células que estaban ejerciendo este control de la replicación eran las Natural Killer (NK) y las células CD8, explica la doctora Climent, quien al respecto señala que «la gran novedad de este estudio es que hemos caracterizados estas dos poblaciones de células y hemos encontrado cuáles son exactamente las características de estos tipos de NK y CD8 y hemos visto que en el primer caso, se trata de una subpoblación de NK conocidas como Memory like y en el segundo, de unas células T gamma delta y ambas son de la inmunidad innata». n el caso de esta paciente, los niveles en sangre de estas subpoblaciones de células son muy altos en comparación con personas sin enfermedad y otras con VIH, lo que haría pensar que están bloqueando el virus.