La Razón (Cataluña)

Juegos de guerra de las superpoten­cias

El trípode

- Jorge Fernández Díaz

PorPor si no fueran suficiente­s calamidade­s la pandemia y la guerra en Ucrania, Nancy Pelosi ha hecho escala en Taiwán en su gira asiática para provocar a Xi Jinping como antes provocaron a Putin por medio de la continuada expansión de la OTAN hacia la frontera occidental de Rusia. Un análisis superficia­l de la situación puede quedarse en la mera calificaci­ón de «inoportuna» a la visita de la inquieta lideresa estadounid­ense, pero ese análisis más que superficia­l sería tan ingenuo como equivocado. Ya el presidente Roosevelt había afirmado que «si un acontecimi­ento político sucede es porque así ha sido previsto». La escalada de la tensión en la zona nos remite por tanto a la clásica pregunta: «¿Qui prodest?», «¿A quién beneficia?». La respuesta, no menos obligada tampoco, debe ser que a quien la ha provocado, porque se sabía que la reacción de China estaba cantada también por tierra, mar y aire, como su actual ensayo general de invasión de la isla. Para Rusia, la gota que Putin consideró que derramaba el vaso de su paciencia, fue el anuncio de una negociació­n con Ucrania para su eventual incorporac­ión a la UE, como paso previo a hacerlo en la OTAN, y conviene tener presente que para Xi Jinping no es menor lo que representa Taiwán para su país, que lo que para Rusia es Ucrania. Sin duda, desde una perspectiv­a norteameri­cana todo está a favor de una estrategia de mantenimie­nto de su liderazgo geopolític­o, pero no debe olvidarse que siempre cabe la posibilida­d de un «error de cálculo» que con el actual armamento nuclear podría desencaden­ar una guerra no convencion­al de efectos devastador­es, no deseada por nadie, pero irremediab­le en esa hipótesis. Observando tanto despliegue de misiles de Rusia y China, socios al máximo nivel en estos momentos y dotados ambas potencias de un gran arsenal militar nuclear táctico y estratégic­o, nos retrotrae a estas mismas fechas de 1945 cuando se lanzaron sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, las primeras bombas atómicas –y hasta ahora– únicas, en operación militar, el 6 y el 8 de agosto respectiva­mente. Hoy es día 7 de agosto, y Japón se encuentra en la zona donde hoy se ensaya otra invasión militar. En aquellas lejanas fechas de 1945, la guerra mundial acababa de terminar en Europa y con esos lanzamient­os se quiso acabarla en el Pacífico, como así fue. Hoy las superpoten­cias están entretenid­as en juegos de guerra en Europa y el Pacífico, con los demás países de convidados de piedra y resignados a su papel de perdedores. Gane quien gane en el juego.

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