Colau incrementa a 600 euros las multas por botellón D.Fernández.
► El Ayuntamiento ha aumentado lo máximo posible el importe de las sanciones y la Guardia Urbana ha impuesto 747 multas por consumir alcohol en la calle en una semana
El Consistorio asegura que las llamadas al 112 por molestias en la calle han caído un 27%
DeDe un tiempo a esta parte, el Ayuntamiento ha declarado, sobre el papel, la guerra al ruido nocturno en Barcelona. Si en algunas zonas de la ciudad se ha optado por reducir los horarios de restaurantes, supermercados y terrazas, ayer anunciaron un incremento sustancial de las sanciones. Faltará por ver si, como de costumbre, los turistas, principales culpables de las molestias, se irán de rositas con aquello de envíame la multa a mi país que ya la pagaré. Y la medida, por lo tanto, se queda en un brindis al sol. En cualquier caso, las multas pueden alcanzar los 600 euros, con un mínimo mínimo de 300 euros, en los casos en que se afecte «gravemente a la convivencia». Las infracciones leves, a su vez, pasan de los 60 a los 100 euros.
Así lo explicó el teniente de alcalde de Seguridad y Prevención del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, tras la reunión de la Mesa ciudadana por una noche cívica y segura. Le acompañó el jefe de la Guardia Urbana de Barcelona, el intendente mayor Pedro Velázquez, quien detalló que del 2 al 8 de agosto se han interpuesto 747 denuncias por consumo de alcohol en la vía pública, todas ellas por infracciones leves. Es decir, por beber en una lata o botella de vidrio, causar molestias leves o ensuciar la vía pública. La ley de seguridad ciudadana, en la que se basa el Ayuntamiento para sancionar con hasta 600 euros, se aplicaría en caso de molestias muy graves al vecindario, cortes de tráfico o perturbación severa de la circulación de peatones. El jefe de la Guardia Urbana de Barcelona también apuntó que en comparación con el julio del año pasado las llamadas al 112 por molestias de convivencia relacionadas con concentración de personas en la vía pública se han reducido en un 27%.
Según Batlle, el endurecimiento tiene un «carácter disuasorio» e hizo, además, un llamamiento al civismo y la convivencia. Uno de los puntos de la ciudad donde la problemática es especialmente visible es en el «triángulo golfo» de Poblenou, una zona de la que Batlle aseguró que están particularmente vigilantes con los numerosos botellones que se producen. En este sentido, afirmó que «por supuesto intervendrán policialmente cuando haga falta», pero ha apelado también a la responsabilidad individual.
Batlle, dado que las declaraciones se han producido después de la reunión semanal de seguimiento del funcionamiento de todos los servicios municipales durante el verano, agregó que las sanciones funcionan «con normalidad», también en el caso de la seguridad y la prevención.
Preguntado por los pinchazos a mujeres en discotecas, el teniente de alcalde de Seguridad explicó que es un tema «preocupante», que no les consta ningún caso en que haya habido sumisión química y que cuentan con la colaboración del sector del ocio nocturno para darles información que sirva para reconducir la situación.
El aumento de las multas es otra de las medidas impulsadas en Barcelona para frenar el ruido nocturno. En algunos puntos de la ciudad, como en la calle de Enric Granados, se ha adelantado el cierre de las terrazas. En una línea similar, en cuatro puntos de Ciutat Vella, se han limitado los horarios de bares, restaurantes, terrazas y supermercados.
El debate sobre el importe de las multas por botellones hace tiempo que está sobre la mesa del gobierno municipal de Ada Colau. Hace unas semanas, el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, propuso que las multas por beber alcohol en la vía pública llegaran hasta los 1.000 euros. ERC ya tildó esta propuesta de «desproporcionada». Pero incluso el defensor del pueblo de la capital catalana sondeó la posibilidad de crear un botellódromo.