«Después del huracán»: todo lo que Katrina arrastró a su paso Matías G. Rebolledo. «El sistema de salud pública en Estados Unidos es un auténtico desastre», opina Jones
Cherry Jones y Vera Farmiga protagonizan la nueva serie de AppleTV+ sobre los cinco días que siguieron a la catástrofe de 2005 en un hospital de Nueva Orleans
EsEs uno de los episodios más negros de la historia de Estados Unidos y, para no pocos, se trata del verdadero último clavo en el ataúd de la Administración Bush, más allá del 11-S o de las invasiones de Irak y Kuwait. Cuando el huracán Katrina azotó las costa este de Estados Unidos en agosto de 2005, las previsiones más catastrofistas no alcanzaron a predecir la tragedia humana que estaba a punto de ocurrir. Pese a que el impacto del fenómeno meteorológico en sí no fue especialmente dañino y el huracán, al tocar costa, remitió en intensidad, la falta de previsión del Estado y del Gobierno federal dejó 1.836 muertos. El problema, como anticiparon expertos de la FEMA (Agencia de Gestión de Emergencias Federales) a los que no se hizo caso, fueron los diques de Nueva Orleans, principal núcleo urbano castigado por Katrina, y la subida del nivel del mar. Las viejas estructuras cedieron a la fuerza del agua y acabaron anegando la ciudad por completo.
A casi dos décadas de la tragedia, AppleTV+ estrena este viernes 12 de agosto «Después del huracán», serie que nos devuelve a la cuna del jazz para contar la catástrofe desde una de sus perspectivas más desoladoras: durante los cinco días posteriores al paso de Katrina por Nueva Orleans, el Memorial Hospital —mitad «público», mitad privado—tuvo que lidiar sin luz y sin apenas recursos con centenares de enfermos, de los que hasta 42 perdieron la vida. La investigación, la angustia y, sobre todo, el abandono institucional son los protagonistas del libro original de Sheri Fink que ahora Carlton Cuse («Perdidos») y John Ridley («12 años de esclavitud») adaptan como guionistas. A través de ocho episodios, y con los galones de Cherry Jones («El bosque), Vera Farmiga («Expediente Warren) y Julie Ann Emery («Better Call Saul»), «Después del huracán» es capaz de poner rostro humano a la catástrofe y, de paso, perfilarse como una de las series del verano.
Contexto y coyuntura
«Recuerdo la imagen es de las personas huyendo del agua a través de su propio techo. Eso si eran lo suficientemente afortunadas para tener un techo, o para poder abrirse camino hasta él. Recuerdo a muchísima población afroamericana moviéndose por las aguas pantanosas, asquerosas, llevando toda su vida encima, a sus hijos sobre sus hombros y apenas pudiendo salvar un puñado de pertenencias. Los desastres naturales ocurrirán siempre, pero la preparación y la actuación llegado el caso es lo importante. Esa gente fue abandonada a su suerte», explica compungida Cherry Jonesa LARAZÓN, sobre una tragedia que ocurrió con parte de su familia en la ciudad. Y sigue, sobre su implicación en el proyecto: «Ni siquiera me hacía falta conocer a mi personaje a fondo o leerme el guion, sentía una conexión más allá de lo profesional con los hechos».
Tras más de cuatro décadas dedicada al teatro y al cine, Jones regresa a una televisión que le ha dado no pocas alegrías (ha ganado tres veces el Emmy) para interpretar a Susan Mulderick, médica responsable responsable de la evacuación del hospital. A través de su sudor, filosófico y material por el ambiente húmedo y caluroso en el que se desarrolla la serie, «Después del huracán» es capaz de ser también contextual, girando en torno a la tesis de la importancia del personal sanitario frente a una crisis humana: «Con la pandemia se convirtieron en nuestros soldados de primera fila. Nuestra primera línea de defensa frente a la catástrofe. Es posible que mucha gente, quizá yo incluida, no piense en estas cosas hasta que les toca de cerca, pero pronto nos tocará a todos. ¿Habrá aire limpio para que los niños de hoy sean adultos sin problemas respiratorios? Nolo sabemos, pero podemos hacer algo al respecto todavía».
Del mismo modo, el nuevo estreno de Apple es también una sentida reivindicación sobre el papel de la sanidad pública, ente extinto en la tierra de la libertad y dantesca excepción entre los países desarrollados: «No creo que haya ni un solo ciudadano estadounidense al que se le tenga que recordar lo absurdo que es el acceso a la cobertura sanitaria en su país. Tengo muchos amigos que ni siquiera tienen cobertura ahora mismo, porque nuestro sistema de salud pública es un auténtico desastre y el COVID solo ha agravado las cosas, lo ha precarizado todo», se despide vehemente por videoconferencia.