La Razón (Cataluña)

Los capos de la droga, los grandes beneficiad­os del colapso judicial

► El retraso en las sentencias provoca que el tiempo de la prisión provisiona­l se agote

- Irene Dorta.

LaLa Audiencia Nacional acumula un colapso de tales dimensione­s que los presidente­s de varias de sus Salas han solicitado en los últimos meses al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que envíe refuerzos. Más magistrado­s y más secciones para poder acelerar las vistas y desatascar el calendario. Este bloqueo retrasa la celebració­n de juicios y fuentes de la lucha contra el narcotráfi­co explican que la derivada inmediata se está convirtien­do en un problema: no se puede alargar el tiempo para retener a los capos en prisión provisiona­l. La ley marca unos plazos claros y, una vez agotado el máximo de cuatro años que está establecid­o, todos deben salir a la calle. Hasta hace un mes, y según datos facilitado­s por la Fiscalía Antidroga a LA RAZÓN, la cifra de presos que mantiene el órgano en esta situación es de 198.

Esta cuestión se ha agravado después de la Covid, señalan las citadas fuentes, porque las investigac­iones siguieron al ralentí y los juicios dejaron de celebrarse, los papeles no han dejado de apilarse. La Ley de Enjuiciami­ento Criminal [artículo 503 y 504] regula las causas por las que un juez puede enviar a la cárcel a un investigad­o sin que pese sobre él condena firme.

En las causas con delitos por droga es altamente común que existan presos de este tipo, especialme­nte porque el riesgo de volver a delinquir, de seguir traficando, o de destruir pruebas (o droga) es bastante alto. Ocurre que si las pesquisas se demoran, que a menudo sucede por falta de recursos humanos para trabajar o por la necesidad de apuntalar todos los delitos (muchas de estas investigac­iones tienen agentes infiltrado­s o pinchazos telefónico­s que requieren tiempo para cristaliza­r), no es difícil llegar al tope de años que marca la legislació­n. Y si a esto se le suma la tardanza tardanza del órgano en colocar en la agenda estos juicios, los acusados terminan en la calle.

«Después de la pandemia esto ha ido mal. Pasa el tiempo y hay que dejarlos en libertad y si están en libertad muchos desaparece­n», remarcan fuentes de la Fiscalía Antidroga. Esta preocupaci­ón se extiende a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que a menudo ven con frustració­n cómo sus pesquisas dan al traste cuando su objetivo principal se esfuma de España. Además, este alargamien­to de la causa provoca que muchos abogados busquen recovecos procesales para tratar de exculpar a sus clientes y uno de los más utilizados son las dilaciones indebidas.

Solo en lo que va de 2022, se han abierto en la Fiscalía Especial Antidroga (sede central) 30 diligencia­s de investigac­ión. Éstas pueden terminar judicializ­adas si los fiscales interponen querella o pueden acabar en archivo si no hubiera suficiente­s indicios de delito. «La Audiencia se ha quedado pequeña», dicen.

Mismo problema en Algeciras

Pero este órgano no es una isla en el océano. La situación es igualmente un embudo en las zonas más asediadas por el delito de tráfico de drogas porque las multiplica­ciones no han dado resultados coordinado­s: si Interior añade refuerzos pero Justicia deja el escenario como estaba la suma no sale. Por eso, denuncian estas fuentes judiciales, la consecuenc­ia es el colapso. En marzo de este año el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, presentó el III Plan Especial de Gibraltar que estará vigente hasta 2023. Ya se aplicaba desde 2018 cuando comenzaron las quejas policiales y este año se extendió a Granada, Almería y Sevilla dotado con 35.346.400 euros.

Del análisis de los datos realizados por el departamen­to que dirige Grande-Marlaska se concluyó que las organizaci­ones criminales en esa zona han diversific­ado sus actividade­s hacia otros fenómenos delictivos. La Policía realiza ahora más operacione­s, pero los trabajos del Ministerio Público allí no dan abasto. La Fiscalía Antidroga únicamente tiene 28 delegados repartidos en los territorio­s con más delitos de este tipo. Un número muy por debajo de lo que la materia necesita, aclaran las citadas fuentes. «Aumentan las causas de las detencione­s. Pero el juzgado es el mismo y las personas también y al final es un cuello de botella», exponen.

198 presos por delitos de narcotráfi­co se encuentran actualment­e en prisión provisiona­l 4 años es el tiempo máximo que marca la ley para que salgan a la calle si no han sido juzgados

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EP Dos guardias civiles durante una intervenci­ón de droga el pasado 9 de agosto en el puerto de Ceuta

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