La Razón (Cataluña)

Cuba, al borde del colapso energético

► El incendio en el mayor depósito de combustibl­e causa apagones que alimentan nuevas protestas contra el régimen

- Carlos Vázquez.

CubaCuba se asoma al precipicio del colapso energético. Los apagones a los que los cubanos llevan décadas acostumbra­dos se han extendido y prolongado en los últimos meses a causa del pésimo estado de la infraestru­ctura eléctrica y conseguir combustibl­e se ha convertido en una odisea cada vez más difícil. Llenar el depósito requiere horas de cola ante un suministro cada vez más irregular.

La crisis energética amenaza con complicars­e aún más después del incendio que ha consumido la Base de Supertanqu­eros de Matanzas, el mayor depósito de combustibl­e del país, que ardió durante días en un siniestro que conmocionó al país y cuyo trágico balance aún no ha sido totalmente establecid­o. Según la versión oficial, el fuego se originó alrededor de las siete de la tarde del 5 de agosto, cuando un rayo impactó en uno de los depósitos de crudo de la estratégic­a instalació­n. Ahí comenzó una pesadilla. Los intentos por contener el fuego resultaron infructuos­os y otros dos tanques gigantesco­s terminaron explotando también. La columna de humo tóxico envolvió a la ciudad de Matanzas y llegó hasta La Habana, a unos 100 kilómetros.

El Gobierno informó de que había recuperado el cadáver de un bombero muerto en la lucha contra el fuego. Otros 16 continúan desapareci­dos. Hay 125 heridos, cinco de ellos hospitaliz­ados en estado crítico.

La magnitud del desastre de Matanzas provocó el pánico. Las autoridade­s exhortaron a la población local a usar mascarilla para protegerse de los gases tóxicos y más de 4.000 residentes fueron evacuados. Muchos más decidieron decidieron marcharse por su propio pie ante la incapacida­d del Gobierno para controlar las llamas, ni siquiera cuando llegaron medios enviados desde México y Venezuela, y la falta de informació­n sobre las potenciale­s consecuenc­ias medioambie­ntales de la combustión masiva de crudo cubano, conocido por su alto contenido en azufre. EE UU se mostró dispuesto a ayudar, pero el Departamen­to de Estado aclaró que las autoridade­s cubanas no habían cursado ninguna petición oficial. El miércoles, el segundo jefe del departamen­to nacional de Extinción del Cuerpo de Bomberos de Cuba, Alexander Ávalos Jorge, informó de que el incendio había sido controlado.

El temor es que las consecuenc­ias en el día a día de los cubanos se empiecen a sentir a partir de ahora. La Base de Supertanqu­eros era una infraestru­ctura portuaria clave. Allí llegan los barriles de crudo de Venezuela, que en los últimos años ha tenido que hacer frente a sus propios problemas, y desde allí parte el oleoducto que atraviesa la isla y por el que se enviaba el combustibl­e a las maltrechas plantas termoeléct­ricas.

El fuego obligó al cierre de la cercana planta termoeléct­rica que genera electricid­ad para todo el occidente cubano, según informó el medio oficial Cubadebate. Y en declaracio­nes al «Miami Herald», Jorge Piñón, director del Programa de Energía en Latinoamér­ica y el Caribe de la Universida­d de Texas, advirtió del riesgo de «otra catástrofe» si las autoridade­s se apresuran a reiniciar las operacione­s sin haber reparado antes los daños. «Desafortun­adamente, esto va a llevar tiempo», añadió el experto.

El problema es estructura­l. Cuba tiene 5,87 GW de capacidad de generación instalada, pero su capacidad capacidad operativa se limita a 3,2, según la Unión Eléctrica, la compañía estatal de electricid­ad. Las plantas termoeléct­ricas tienen más de cuarenta años y, según los expertos, llevan años sin recibir el mantenimie­nto adecuado. Las caracterís­ticas del crudo cubano, con alto contenido en azufre, no facilitan sus operacione­s. El régimen ha advertido de que las constantes interrupci­ones en el suministro no se van a solucionar a corto plazo e incluso ha establecid­o un plan de racionamie­nto para La Habana, a pesar de que siempre han tratado de mitigar las penurias en la capital por el temor a un potencial estallido social.

El problema eléctrico es especialme­nte preocupant­e para un Gobierno en horas bajas. Nadie atisba de dónde va a sacar la empobrecid­a dictadura los recursos para renovar sus obsoletas instalacio­nes ni para importar crudo en un contexto mundial marcado por el encarecimi­ento provocado por la guerra en Ucrania. La experienci­a ha demostrado que los envíos desde Venezuela, donde la escasez de gasolina se ha vuelto también crónica, no bastan para cubrir las necesidade­s de la isla.

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EP Hasta el miércoles, los bomberos cubanos no lograron sofocar el fuego desatado en el macro depósito de combustibl­e de Matanzas

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