¿Por qué Barcelona no deja de perder población?
► La baja tasa de natalidad y los problemas de acceso a la vivienda, dos de las causas que desvelan las estadísticas
¿Barcelona sin barceloneses? El cambio demográfico se acelera y atenaza grandes ciudades como la capital catalana, con registros insólitos en el último padrón municipal. Nuevos datos que se deben a varios factores y que revelan alguna que otra tendencia si se tienen en cuenta las principales preocupaciones de los vecinos. La pandemia, el desplome de la natalidad y el alto precio de la vivienda -tanto del alquiler como de la compra venta- en una urbe delimitada geográficamente por el mar y la montaña son algunas de las explicaciones que esconden las estadísticas.
Según las cifras publicadas por el Ayuntamiento, en 2021 Barcelona registró un descenso de población de forma sostenida y diciembre terminó con 1.639.981 personas empadronadas en la ciudad, un 1,2% menos que el año pandémico. El pasado es el segundo consecutivo que la capital catalana perdió habitantes por detrás de 2020. Una de las causas es la mortalidad por la pandemia con su punto álgido en la primera mitad del año- aunque le supera la baja tasa de natalidad.
En la ciudad tan sólo nacieron 11.510 personas a lo largo de todo 2021, la cifra más baja desde 1939, en la Guerra Civil. Se trata del sexto año seguido con tendencia al descenso, aunque este 2021 ha marcado un mínimo histórico solo superado por los años de la Guerra Civil española.
Como consecuencia, la población población se envejece y la edad media de los vecinos de la ciudad es de 44,2 años, siendo la más alta jamás registrada. Y aquí dos datos curiosos: casi 210.000 domicilios son unipersonales, un 31,6% del total; y en el 77,5% de los domicilios no vive ningún menor.
Otro de los factores a tener en cuenta para radiografiar demográficamente a su población es la procedencia y los fijos migratorios de una ciudad siempre diversa. Por tercer año consecutivo, los barceloneses nacidos en la capital catalana son menos de la mitad (48,8%).Y aquí, de nuevo, las tendencias se acompasan: más de 130.000 personas se marcharon de la capital catalana el último año, una cifra ligeramente inferior que las que llegaron. El perfil predominante de los emigrantes corresponde a personas jóvenes que se van mayoritariamente al resto de Cataluña y al resto de España.
Y aquí entran dos de los problemas que los barceloneses detectan y revelan en el barómetro municipal: el paro y los problemas de acceso a la vivienda.